Dibujar los sonidos (2008)

Dibujar los sonidos es la segunda novela de Cels Piñol, dibujante y guionista de comics, creador de la conocida saga Fanhunter y de Fantom Town, dos comics con los que este libro tiene una conexión directa. El curioso título (del que no desvelaremos el origen, aunque quizás algunos recuerden la expresión) es en realidad uno de los centros neurálgicos alrededor de los que gira la novela: porque "dibujar los sonidos" es escribir, y del proceso de escritura, de la crisis creativa y de la vida de un escritor hablan estas páginas.

Pero Cels Piñol (y sus tres compañeros de narración a lo largo de los mini-flashes que componen las decenas de capítulos de una o dos páginas -otro reflejo de Fantom Town), también nos hablan de la llegada de una hija a la rutina de dos treintañeros que no se habían planteado que serían padres, que intentan compaginar sus trabajos con su niña... y con sus vidas.

Y mucho más. El telón de fondo de Dibujar los sonidos es una ucronía, una fantasía disfrazada de realidad en la que se plantea un mundo muy parecido al nuestro en el que España está recuperándose de una nueva guerra civil que todavía no ha acabado contra el integrismo de la derecha y en el que los fans del cine, la literatura, la música o los juegos de ordenador han sido claves para derrotar al enemigo, una España en la que Federico Jiménez Losantos ejerce de torturador y en la que Boris Izaguirre es presidente del gobierno.

Pero además, y esto será de gran interés para los seguidores de la faceta tebeística de Cels, Dibujar los sonidos es la piedra de toque de toda su obra. Esta novela es el centro alrededor del cual giran los diversos planos de realidad y ficción de las anteriores obras del autor: los héroes y aventuras de algunos de sus cómics son la creación del protagonista (que se parece mucho al autor, pero no es exactamente él mismo), y al mismo tiempo algunos de los personajes que él ha "inventado" se demuestran reales.

Realismo y fantasía se dan la mano; niños, niñas, padres, madres e incluso mascotas, todos tienen la oportunidad de dar su opinión, de dejar claros sus puntos de vista, sus razones, sus impulsos, deseos y necesidades. Dibujar los sonidos es una novela pausada ("tranquila", que diría John Ford) sobre un escritor en crisis en un mundo demasiado cercano para ser irreal, es un manual para padres primerizos, es una autobiografía, es un eslabón esencial en una mitología personal que dura ya más de 20 años, es un punto de partida, una rampa de lanzamiento y un paso más hacia delante; es el planteamiento de su personal universo post-Crisis.

Y, sobre todo, Dibujar los sonidos es una novela amable, que se deja leer, accesible, con diferentes niveles en los que cada uno puede bucear si quiere para descubrir matices, referencias, críticas, comentarios, reflexiones, consejos, frikadas... Cels Piñol en estado puro y en buena forma.