30 marzo 2020

MdT: TIC-TAC 1 - Servius

TIC-TAC 1 (El tiempo es el que es)
SERVIUS

   Las piedras se le clavaban en unas sandalias tan gastadas que eran ya más pellejo propio que de ningún otro animal. Cargaba sobre los hombros un tranco del que colgaban dos cubos de latón llenos de agua, tapados con tela de lino para que no se evaporasen: el sol, en todo lo alto, pegaba fuerte, pero a Gallio no se le hubiera pasado por la cabeza beber siquiera una sola gota.
   Siguió caminando por el monte hasta rodear el viejo edificio medio en ruinas frente al que montaba guardia su señor, Servius Fabius: la vista al frente, la espalda recta, pilum en mano, la armadura bruñida y reluciente. Todo un ejemplar de legionario romano, con su capa roja, púrpura. Le habían dicho que ese color salía de un caracol marino, y no alcanzaba a comprender cómo de algo tan bajo podía surgir tal lujo.
   Servius le oyó llegar, pero no se giró. Nunca se giraba. Mantenía siempre la vista al frente, como le habían ordenado, viendo cómo construían arco a arco aquella maravilla arquitectónica que había de llevar el agua a la población de Segovia. Por el ruido de los pies y el vibrar de los cubos de latón, sabía no obstante que era su aguador el que se acercaba.
   - Ave, Gallio.
   - Se hace lo que se puede, señor.
   - ¿Qué te parece cómo avanzan las obras?
   - Yo... intento no mirarlas -respondió el esclavo dejando los cubos en el suelo y tomando el odre de su señor.
   - Porque harán que no sirvas para nada -dedujo el legionario.
   - El señor siempre me ha dado permiso para hablar.
   - Y siempre te lo daré, Gallio.
   - Pues ya sabe lo que se dice, que los aguadores somos lo más bajo de los esclavos.
   - Pero por eso me has sido siempre tan útil, Gallio. ¿El agua? Cualquier legionario que se precie tiene que llevar el odre lleno para un día entero de marcha. Y si lo hiciera, ¿qué excusa tendría para que vinieras cada día?
   - ¿Útil, señor?
   - Eres como el suelo que pisa todo el mundo, lo más ínfimo de lo ínfimo, Gallio. Para todos lo eres. Y por eso hablan delante tuyo como si no estuvieras. Y luego me cuentas lo que has oído.
   - En la fuente hoy había una liberta que decía que su patrón había visto en Gades un ingenio curioso, un trozo de alambre triangular con un gancho del que se podían colgar túnicas, y que el alambra iba recubierto de una goma suave y resbaladiza.
   "Eso...", se dijo Servius, "eso es una percha. ¡Voto a Vulcano! Pero si las perchas triangulares no se inventarán hasta 1935.... Y espero que esa sustancia no sea plástico". Tenía que informar a Salvator, en cuanto pudiera, aquella misma noche, quizás. Le había parecido oír sus familiares pasos un rato antes, acompañado de alguien desconocido. Siempre tan discreto, Salvator, manteniendo el silencio para que solo sonase latín en aquel tiempo: "una sola palabra de castellano en el oído equivocado y podríamos dar al traste con 2000 años de gramática". 
   - Cuanto me alegro de que mi padre te entregase como mi legado, Gallio -el esclavo miraba al suelo, humilde pero satisfecho, aunque lo siguiente que dijo su amo le preocupó-. Me has servido bien, pero a todo le llega su momento. Por ejemplo, a tus sandalias. Han expirado, Gallio, no necesitan una nueva suela, necesitan un transplante -el aguador no sabía si reír o mantener el semblante grave, no acababa de entender a veces lo que decía su señor-. Mañana te comparás unas nuevas. Pronto serás Servius Libertus Gallio, y mi cliente no puede ir de un lado a otro con los pies llenos de llagas...

2 comentarios:

ytusarg dijo...

¿sigue?

KalEl el Vigilante dijo...

Los "Tic-Tacs" serán en principio cápsulas cortas (see what I did there?) e independientes, pero si empiezan a cruzarse en el futuro... ¡solo ellas lo saben!