06 abril 2006

La importancia de llamarse... (I)

Llevamos mucho tiempo pensando en el nombre del bebé. No es que haya sido un tema al que le hayamos dedicado sentadas, lecturas de santorales y onomásticas (lo hicimos una vez y más bien nos prábamos a reir de los sorprendentes nombres que hoy día están totalmente en desuso) y largas noches sin dormir. Pero de vez en cuando lo considerábamos, sin darle la MEGA-importancia que casi todo el mundo parecía darle: ¿aún no ha nacido y ya le ponemos la primera etiqueta?
Lo cierto es que "el bebé", "el pequeñín" y "el niño" comienzan a quedarse cortos para referirnos a esta nueva persona que llega al mundo. Incluso por razones plenamente administrativas (preinscribirle en la guardería requiere saber como se llama, por ejemplo). Así que nos hemos puesto con más ahínco a decidir su nombre: al final hemos encontrado uno que responde a todas esas "expectativas" que realmente no hace falta cumplir, pero que si lo consigues parece que todo encaja un poco más. Expectativas utilitarias (un nombre sencillo) y sentimentales (sencillo pero con historia); un nombre eufónico, que no lleve a bromas fáciles (si quieren bromear que se rompan un poco los cascos), ni sea fruto de modas temporales; un nombre con tradición sentimental (un amigo, un familiar); y ya puestos ¿se puede conseguir que además tenga algún tipo de referente subcultural que no sea directo y evidente?
Se puede: nos dimos cuenta de que el nombre nos gustaba, que cumplía con todo lo anteriormente dicho... y después nos dimos cuenta de la "referencia". Seguid en antena y pronto os informaremos del nombre (sin exclusivas, aquí en abierto y para todos los públicos).

...y no: no se llamará Ernesto.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

GRAN POTX
Clar, clar, aleshores es dirà Marc!

PETIT VILL
No home, no; Benjamí. Més clar l'aigua.

FREDERICO
Que no, que es dirà Son Goku!

Anónimo dijo...

Mientras no le pongáis Abercrombie, que es como quiero llamar a mi Jack Russell, no hay problema :P.

Aunque esto de elegir nombre para el bebé siempre me recuerda a:
-¿Qué tal está mi hijo, doctor?
-Nació bien, pero hemos tenido que ponerle oxígeno.
-Cagüen... con la ilusión que me hacía ponerle Manolo...
:P

Chuck Draug dijo...

Ya por el título pensaba yo que sí que se iba a llamar Ernesto, pero bueno... Brian también es un buen nombre y... ah, no, espera... que no es ése tampoco... y ni siquiera se ha mencionado el nombre por aquí...

Bueno, pues a esperar. ;P (y está bien en ir pensando en distintos aspectos del nombre... especialmente en lo de las bromas y en que sea sencillo, que luego pasa lo que pasa)