21.18- Sigue subiendo gente al autocar. Dos chicas buscan los asientos 4 y 5 y dan con la señora que ocupa el 6, una tipa con el pelo y la voz de la duquesa de Alba farfulla algo sobre tabaco cuando ellas preguntan por el número de asiento. "Dentro no se puede fumar, señora", responde amable una de ellas. "No, que ésta [refiriéndose a la compañera de la que ha hablado y que tiene a un palmo] apesta a tabaco". Alucinando ante la mala educación de la señora, la fumadora (que, en efecto, no está fumando), se pregunta el viaje que va a tener que compartir junto a la duquesa.
21.25- Constato que, con la prohibición de fumar han desaparecido los ceniceros. Lógico, pero ¿dónde diablos tiro yo el chicle? Tampoco hay papeleras. Ni WC, por cierto (menos mal que mis intestinos han firmado un armisticio tras la batalla de ayer). Tanteo bajo el asiento: no es peludo. Por primera vez, que recuerde, pego el chicle bajo el asiento. Ya lo quitaré en la primera parada. Tampoco hay conector de auriculares. Claro que tampoco importa demasiado porque la única pantalla (plana, eso sí) está a mis espaldas, en medio del vehículo.
21.33- Arrancamos. Por ahora, mi estrategia de coger un asiento de pasillo con otro libre al lado y rodeado de ocupados ha funcionado. La ventana sigue libre: es-paaaa-ciooo. Veremos cuánto dura.
21.35- Se ha batido un record: alguien ha preguntado "¿hemos llegado?".
21.44- Salimos de Barcelona. Momento de otear el ecosistema. Los que más hablan por ahora son 25-26, el matrimonio de cincuentones que tengo al otro lado del pasillo (él no para de toser) y que van con una señora gordita y risueña del 21. Junto a ella un chico marroquí de jersey naranja concienzudamente absorto en la radio dde su móvil. Ante mi (23-24), otro matrimonio de la misma edad que el primero, más callado, aunque al entrar pareció simpático. A mis espaldas (31-32) una madre que intenta dormir y su hijo de ¿8? años que se hace el dormido. Y junto a ellos, en mi diagonal posterior, los números 29-30: una chica seria como Miércoles Addams (aunque nada gótica), la hija mayor de '31', al lado de un chico de pelo rapado 15 años mayor que se gira constantemente a hablar con sus compañeros de detrás.
¿Adivinaste en qué asiento voy yo? Correcto, en el 27.
21.56- Corrección: 8años no simulaba tener sueño. Se ha sobado ipso facto con unos ronquidos de camionero como ya quisieran mi padre o Marichalator. Formulo una nueva teoría: igual que todo lo que tocaba Midas se transformaba en insípido oro, todo lo que toca Churruca se vuelve inane. Lo noté el otro día al probar unas pipas excesivamente saladas, pero es que ¿hacer vulgares unos cacahuetes con miel? ¡Por favor! No sé, quizás me he malacostumbrado demasiado a los frutos secos de supermercado...
23.00- Estación de Tarragona. Un chico ocupa el asiento a mi lado. Le dejo el pasillo y me paso a la ventana (28) y se me clavan las rodillas. Grunt: los del segundo autocar del convoy, más moderno, están viendo Million Dollar Baby. Y para colmo, tras una hora de Andy y Lucas nos ponen un CD de reggaeton. Ya sé cuál es mi género odiado...
23.10- ¡Oh, sorpresa! Me trago a medias mis palabras: una pantalla plana desciende del techo en la parte delantera del pasillo y el reggaeton enmudece. Ponen Mr. Bones, comedieta de la que ya he visto la mitad pero que sigue siendo mejor que nada, y en la que por una vez el brujo de la tribu es el blanco y el deportista de éxito al que ayuda/persigue, el negro.
Puntualmente a medianoche atracamos en un área de descanso del fin de Cataluña durante 30 minutos... aunque todos somos buenos y a los 20 ya esperamos que el conductor abra la puerta.
01.20- Acaba Mr. Bones y ponen un DivX. Creo que me voy a dormir... ¿Cómo? ¿Noche en el museo? ¡Qué piratillas! Ya dormiré a las 3, jeje...
08.21- Atravesamos una rotonda en el desierto. La película de Stiller acabó exactamente a las 3, y desde más o menos las 5 vuelvo a tener todo el espacio. Estoy acartonado pero he dormido a gusto. Salimos del desierto y se ve el mar, azul profundo bajo un cielo gris. Hace diez minutos cruzábamos una llanura yerma en la que no me hubiera extrañado cruzarme a un motero esquelético de cráneo llameante.
Las caras a mi alrededor han cambiado poco: al otro lado del pasillo ahora va reclinada MiércolesNoGótica, ante ella un marroquí de 50 años también sólo, detrás, tumbada y dormida, una chica castaña y guapilla, de unos 28, y más atrás, ya con su grupo, el rapado, aunque con cara de aburrido. Echará de menos a MiércolesNoGótica... FumadoraQueNoFuma y DuquesaMaleducada siguen juntas y no se han matado. Son las 8.34 y llegamos a la nueva Estación Intermodal.
2 comentarios:
Una crònica fabulosa... però... Què tal és UNA NOCHE EN EL MUSEO?
:-)
Potx
Tu crónica me ha recordado los viajes en autobús que me pegué yo de Pamplona a Jaén y viceversa, sólo que las películas eran infinitamente peores...
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