03 octubre 2011

"Prohibido inmiscuirte en la Historia de los hombres" (II)

No, para variar ésta entrada no habla de Superman sino de Doctor Who. Variaciones, pocas, pero al menos sobre dos temas ^_^ La Sexta Temporada de la serie moderna ha llegado a su fin, y mientras acabamos de dar los toques finales al texto definitivo de La Bendición de la Muerte Fatal toca una nueva previa. En este caso, extraída del primer capítulo del libro, dedicado a los mitos que han influido en la serie.
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El serial de 1964 The Aztecs presentaba los sacrificios humanos como algo esencial para el funcionamiento de aquella cultura precolombina. La trama principal gira alrededor de los esfuerzos de la profesora de Historia Barbara Wright por apartar de tales prácticas a la civilización mexicana en 1450[1]. Su plan era cambiarlos lo suficiente para que, cuando Cortés atracara allí, no quedara horrorizado por sus sangrientas costumbres y pudiera ser persuadido de perdonarles a su vez la vida. Irónico como es que una profesora de Historia intente cambiarla[2]… Esto propició una exortación del Doctor muy repetida y analizada:

Primer Doctor: ¡No puedes reescribir la Historia! ¡Ni una sola línea!

(The Aztecs, “The temple of evil”)

Tanto si está expresando una imposibilidad ética (“¡no reescribirás la Historia!”) como física (“no hay forma de cambiar la Historia”)[3], esa noción de “muerte necesaria” –no por matar en sí, sino por el bien del tiempo– es uno de los motores principales de algunos de los Doctores (principalmente el Primero y el Décimo), y acabará por ser motivo reiterado de fricción con sus amigos. En Los Fuegos de Pompeya (2008), el Doctor debe oponerse a las peticiones insistentes de su compañera Donna Noble para que salve a los habitantes de la población antes de la infame erupción del Vesubio del 79 dC.

Donna Noble: Tiempo de sobra para sacarlos a todos, es fácil.
Décimo Doctor: Sí. Pero no lo vamos a hacer.
Donna: Pero eso es lo tuyo, Doctor, ¡salvar a la gente!
Décimo Doctor: No esta vez. Pompeya es un punto fijo en la Historia. Lo que ocurra, ocurre. No se puede evitar.

(Los Fuegos de Pompeya)

Así que a veces la Historia puede cambiarse, otras no[4], aún otras no se debería... y el episodio El Día del Padre (2005) nos demostró lo que ocurre cuando se altera la Historia indebidamente, en concreto al provocar paradojas[5]. Al mirarlo por encima, esto no es más que una excusa narrativa para añadir pathos o llevar el argumento por donde se quiera, en cada momento. Pero en el núcleo, se convierte en un elemento central para el personaje del Doctor, le ofrece nuevas cotas de profundidad cuando trata con el tema del viaje a tiempos históricos y sí, añade pathos, un movimiento emocional muy interesante dentro de esta ficción.

“Un punto fijo en el tiempo”, mencionado por primera vez en el capítulo Utopía (2007) en referencia a la nueva situación del Capitán Jack Harkness tras su resurrección e inmortalización por la entidad Lobo Feroz[6], de pronto se convierte en parte importante de la mitología de Doctor Who, elevando a categoría un interesante, original y espinoso asunto. No fue así desde el primer momento: al aparecer en Utopía no era más que un nuevo concepto ci-fi para la serie, algo que “repugna a los Señores del Tiempo”. Una anomalía. Combinado con una historia sobre la Historia, la muerte inevitable de 20.000 personas y la impotencia para salvarlas, de pronto ese “punto” es algo más grande que la verbosidad ci-fi, más grande que el Capitán Jack o Gallifrey. Se convierte en la materia de la que nacen las leyendas, los Hados y el drama clásico. Eleva al Doctor moderno a la categoría de “héroe trágico”.

Rose Tyler: Puedo verlo todo. Todo lo que es, todo lo que fue, todo lo que podría ser.
Noveno Doctor: Eso es lo que yo veo. Todo el tiempo. ¿Y no te vuelve loca?

(El Día del Juicio FInal)

Donna Noble: Si los que están haciendo estallar el volcán son alienígenas, ¿no te da eso derecho a pararlos?
Décimo Doctor: Sigue siendo parte de la Historia.
Donna: Pero yo soy parte de la Historia para ti. Me salvaste, en 2008, nos salvaste a todos. ¿Por qué era aquello diferente?
Décimo Doctor: Hay cosas fijas y otras que cambian constantemente. Pompeya está fija.
Donna: ¿Y cómo las distingues?
Décimo Doctor: Porque así es como yo veo el universo. A cada instante del día veo lo que es, lo que fue, lo que podría ser, lo que no debe ser. Esa es la carga de un Señor del Tiempo, Donna. Y soy el último que queda.

(Los Fuegos de Pompeya)

”El Tiempo está en constante cambio”, le dijo el Noveno Doctor a Rose Tyler[7], y más tarde el Décimo a Martha Jones[8], como antes ya había demostrado el Cuarto a Sarah Jane Smith[9], para hacerles comprender que, simplemente por haber viajado al pasado, sus particulares “presentes” no estaban a salvo, y que una intervención inoportuno podría alterar e incluso destruir catastróficamente sus lineas temporales y sus mundos respectivos[10]. Bueno, el tiempo lo pone todo en su sitio, la complejidad incluye un mayor detalle y excepciones a las reglas. La parte importante para nosotros es que al Doctor se le está dotando del status de “Héroe de Tragedia Griega” al hacerle tristemente incapaz de “actuar contra las Moiras” a la vez que consciente por completo de lo que éstas decretan[11]. Destino, tiempo, lo que “debe ser”… ahora, puntos fijos en la Historia. Y (¿qué curioso?) esos puntos fijos están invariablemente ligados a la muerte en masa.

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[1] Para un análisis social de esta idea, recomendamos la lectura de Lindy A. Orthia, “‘Sociopathic Abscess’ or ‘Yawning Chasm’? The Absent Postcolonial Transition in Doctor Who.” The Journal of Commonwealth Literature. 45.2 (Londres: SAGE, Junio 2010), p.207-225.

[2] Subraya el hecho de que incluso los humanos más abnegados, inteligentes y bienintencionados no dejan de tener limitaciones humanas al tratar con un concepto como la “Historia”, y que hace falta un verdadero y alienígena amo del tiempo para comprender la incesante cadena de causa y efecto. Aunque cf. Las Aguas de Marte (2009).

[3] Con el tiempo hemos visto que es más bien un asunto de “no es fácil cambiarla y es mejor ni intentarlo”, como demostraron Las Aguas de Marte (2009), El Big Bang (2010) y A Christmas Carol (2010).

[4] Los Daleks lo descubrieron pronto, en Day of the Daleks (1972).

[5] Rose Tyler viaja al pasado y salva a su padre el día que murió, provocando una paradoja que abre paso a una raza de seres que comienza a devorar la realidad.

[6] Lobo Malo (2005).

[7] Los Muertos Inquietos (2005).

[8] El Código Shakespeare (2007).

[9] Pyramids of Mars. Parte 2 (1975).

[10] Cf. The Time Meddler (1965), donde un Señor del Tiempo renegado intenta alterar la Historia evitando que los vikingos invadan Inglaterra, reteniendo al ejército del Rey Harold y haciéndole ganar la Batalla de Hastings.

[11] Con el tiempo no podrá soportarlo más y luchará contra esa carga en Las Aguas de Marte (2009), pero hablaremos sobre eso más adelante.

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