Las elecciones catalanas terminaron hace una semana, aunque sólo ahora comienza a perfilarse cual será el nuevo gobierno de la Generalitat, y en cualquier caso permanece en una confusa nebulosa el futuro del país durante los próximos ¿4? años. Pero nos quedó un partido por comentar de los que enviaron publicidad electoral a mi buzón. No es Ciutadans ni UPyD, dos ausencias que me extrañaron, sino el más desconocido Vía Democrática.
Eligieron un formato bastante estándar para su comunicación: sobre de plástico, lista con sus 85+10 aspirantes (eso es tener fe), sobre y publicidad en horizontal, a doble cara. En la primera, la que veías al coger la carta, se ve el rostro y el nombre de su candidato principal: Pablo Barranco. Es un diseño bastante abigarrado, que casi recuerda a algunos anuncios de teletienda. A la izquierda, cara en blanco y negro de un hombre preocupado, con su familia detrás (el peque, en brazos de la madre, lleva un gorrito de invierno), por encima letras en castellano y catalán de problemas ("recortes, paro, deshaucios, corrupción..."). A su derecha un lema en catalán, grande, rojo, que ocupa la parte central del anuncio: "PROU!", y por debajo, en amarillo, otro lema "STOP QUIEBRA SOCIAL". Aún hay espacio para un "Vota" que conduce tanto al nombre del candidato como al de su partido, a la derecha, sobre los cuales aparece la citada foto. Y por si hay dudas, aún lo recuerda en el margen izquierdo extremo: "Candidat a la Presidència de la Generalitat de Catalunya".
El logo que han elegido es una flecha dentr de un cuadrado, ambos de bordes redondeados, que apunta hacia la esquina superior derecha. La mitad es azul y la otra mitad blanca. Así mismo, las letras del nombre del partido están en blanco sobre fondo azul. Todo ello, si no fuera por la destacada palabra "PROU!" en rojo, nos haría pensar inmediatamente en los colores identificativos del PP, y de manera subconsciente, ubicar a este gran desconocido en el sector de centro derecha del espectro político. Miramos detrás de la hoja.
Fondo blanco. Arriba, a izquierda y derecha, repite los lemas anteriores. En rojo, en el centro superior, destaca los problemas que denuncia, ampliando a una frase los 4 que mencionaba esquemáticamente en la parte delantera. Luego siguen dos columnas, en catalán y castellano, con las 4 propuestas principales del partido y un abuso del subrayado fosforito: se resumen en recortes a políticos y cargos, cierre del Senado, las Diputaciones, los Consejos Comarcales y las televisiones públicas para ahorrar 52.000 millones de euros. Bonificar el 50% en impuestos a los autónomos y las PIMES. Moratoria de 2 años sin intereses para el pago de los deshaucios, y habilitación de 100.000 viviendas vacías para familias en grave exclusión social. Y responsabilidades enales para los políticos corruptos y los "despilfarradores" bancarios.
La mitad del programa es inasumible desde un gobierno autonómico, y la otra mitad plantea un cambio muy importante en el funcionamiento de la Comunidad que lleva por bandera, al parecer, la gran mayoría de las reivindicaciones sociales. Así pues, parece que pese a la primera impresión cabe ubicar al partido en el centro o centro izquierda.
Por último, en la parte inferior indic que se encuentran en 5 redes sociales, dan una página web y un email de contacto y afirman que se autofinancian por completo, donando el 100% de sus ingresos a fines sociales y rechazando las subvenciones.
Lo más curioso es que un partido tan minoritario (obtuvo 5936 votos, un 0.16% del total) haya llegado a los buzones de la circunscripción de Barcelona, mientras otros con similares o incluso mucho mejores resultados, no.
¿Se ha acabado el tiempo en que la publicidad electoral tenía que llegar al buzón? ¿Es sólo un recordatorio residual de la existencia de los partidos para la población, como cuando Coca-Cola hace publicidad sencillamente para recordar que está ahí, no para vender nada nuevo? ¿Para que sirve, de hecho, si no se envían programas electorales, y ni siquiera propuestas concretas en muchos casos?
En nuestra próxima entrada, una denuncia para cerrar la serie, ligada no a la publicidad llegada a mi buzón, pero sí a la publicidad que me encontré, precisamente, la jornada electoral.
CONTINUARÁ (y acabará)
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