10 enero 2013

Amor

- Papá, cuando Rose conoció al Doctor, en el capítulo de los autones, no sabía quién era, ¿verdad?

Una pregunta inocente, ¿verdad? Trivial. Simpática. ¿Entonces cómo ha acabado con los dos niños, A.Lex (6) y Victor Von Bebé (4) llorando sentidamente? Si alguien quiere hallar respuesta a partir de las etiquetas de esta entrada probablemente se sienta incluso más perdido.

Tengo unos niños que a veces pueden parecer brutos. Pero en el fondo (y sin rascar demasiado) son inteligentes y sensibles. Demasiado. Cómo los quiero...

- Entre ese capítulo y el siguiente, el del fin del mundo, se lo explicó todo.
- El fin del mundo -recuerda A.Lex-, ¡ah sí, que el sol crecía y explotaba la Tierra! Pero eso no es verdad.
- Bueno, aún no. Pasará dentro de muchísimos millones de años...

Recepción. Labios torciéndose. Ceño encogido. Ojos humedecidos.
- Pero... pero... -llanto real, sincero y dolido- ¡yo no quiero que se acabe el mundo!
Nos damos cuenta de que nos hemos equivocado. Que los niños no entienden bien las escalas de tiempo. Que probablemente algo del "fin del mundo" haya oido el mes pasado en el colegio...
- Mira, ¿tú te acuerdas de los dinosaurios? ¿Verdad que hace muchísimo tiempo? Bueno, pues eso pasará dentro de muchísimo más tiempo del que hace de los dinosaurios...
- Pero, pero ¡y la gente! -el llanto aumenta. Su hermano pequeño comienza a llorar también.
- Bueno, para entonces la gente ya estará en otros planetas, nos habremos ido con naves espaciales. ¡Si cada año se encuentran un montón de planetas nuevos!
A. Lex llora más. Víctor llora más. No quiere que se lo expliquen, ni que se lo suavicen. Quiere que no sea cierto... porque le da una pena tremenda.
- ¡Pero yo no quiero que vayamos a otro planeta! ¡A mi me gusta mucho este, y no quiero que el sol lo destruya!

No puedo quererlos más de lo que los quiero hoy, en ese momento.

Así que temed, criminales abyectos que ensuciais la Tierra, malgastais sus recursos y destruís sus mares. Pues en el día más brillante, en la noche más oscura, el mal no escapara a su vista. Que aquellos que adoran el mal teman su poder: ¡la luz de Lex y Victor!

6 comentarios:

ale dijo...

yo tb temo por la tierra y lloro por ella....

KalEl el Vigilante dijo...

Es que tú eres buena gente, Ale...

El Capitán dijo...

Entrañable :)

Pastanaga dijo...

Què tendre!!
Ja ho tenen, això, els fills. :)

Ronin, Er Padawan dijo...

Je, a mí me pasó lo mismo cuando era pequeño, solo que en lugar de pasarme con un capítulo de Doctor Who, me ocurrió con un capítulo de la serie Cosmos de Carl Sagan.

KalEl el Vigilante dijo...

Sagan es que era un desalmado. Seguro que él no levantó las manos cuando Goku hizo la última Genkidama...