18 diciembre 2023

TERTIA PUGNA (Tercer Asalto) - 1

  

TERTIA PUGNA

(Tercer Asalto) 

FanFiction de Good Omens

Por Mª Nieves Gálvez

CAPÍTULO 1


Capítulos:     1      2      3      4       5



Azirafel: “Hice lo del halo. Me parece que quizá haya iniciado una guerra”.
Crowley: “Al Infierno no le va a gustar”.
(Good Omens, Temporada 2, capítulo final)


PRÓLOGO (N. d. T. *)

    Los seres humanos están empezando a descubrir los retos de la creación de Inteligencia Artificial; creen que los habrán pulido en unas cuantas décadas.

    Sin embargo... no es por desanimarlos, pero me temo que el tema puede tardar bastante más, al menos según Mi experiencia: 

  • Creo unas cuantas inteligencias, les doy normas para orientarse y las malinterpretan. 
  • Les doy libre albedrío y me montan una rebelión en mi propia casa. 
  • Creo una nueva versión que no esté en la nube, sino abajo entre dos cortafuegos (Tigris y Éufrates) y... en cuanto les llega el primer malware, usan el Árbol de la Ciencia antes de tiempo.

    En resumen, llevo miles de años en ello y, salvo excepciones, ni siquiera Yo puedo hablar de éxito total. ¡Buena suerte puliendo el ChatGPT!

    Aunque... curiosamente, sí se puede crear inteligencia por accidente. Hay malwares capaces de sobrevivir con más astucia que la mejor IA. Tal vez eso explique el caso del malware ahora conocido como Crowley. 

      Crowley siempre fue muy creativo: no es que se le puedan encargar galaxias y nebulosas a alguien carente de imaginación. Pero como muchos artistas, a cambio era... temperamental. Tenía arrebatos geniales, pero también terribles: el día que cayó del cielo fue uno de ellos. Y los días que siguieron a su ruptura también fueron... "interesantes".


    * N. d. T: Nota De la Todopoderosa, el Todopoderoso o Su Todopoderosidad. Son títulos intercambiables: según teólogos de todos los tiempos, el género no es relevante fuera del mundo terrenal (y dentro de él tampoco es para tanto, en realidad).


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1.- EL DIABLO SOBRE RUEDAS 


I'm a racing car passing by like Lady Godiva
I'm gonna go, go, go, there's no stopping me
(Queen, “Don’t stop me now”) *

 

    Cuatro vehículos de gran cilindrada sembraban el caos en la M25. Dos de ellos eran clásicos: un Jaguar-D de 1955 y un Bentley 3.5 de 1933 (aunque su dueño discrepaba con esa fecha). Los otros eran modernos: un McLaren Spider y un flamante Aston Martin Valhalla. Parecía el equivalente automovilístico de un partido de maestros contra alumnos, o de solteros contra casados, sólo que disputado por bestias mecánicas asesinas.

     “Última hora: eviten la M25 a toda costa” avisaron al unísono las principales emisoras radiofónicas de Londres. “Hay cuatro vehículos comportándose peligrosamente. Se sospecha de una red de carreras ilegales…”

    - Bah, ¡como si la M25 fuera recomendable a alguna hora! – se burló el piloto del Jaguar, un yuppie tan cargado de años como de energía.

    Los jovenzuelos del Spider alcanzaron al Bentley, bajaron las ventanillas y gritaron con descaro:

    - ¡Eh, rarito, nos anuncian por la radio!

    - ¡Claro! Prometí un espectáculo, ¿no? -rió Crowley con malicia, antes de acelerar su Bentley a fondo y dejarlos atrás a una velocidad endiablada.

    - Parece un milagro: tenemos muchos huecos para pasar, a pesar de todo este tráfico -se alegró el dueño del Valhalla, un barbudo muy tatuado que parecía hecho para pilotar máquinas de dos ruedas, no de cuatro-. ¡Y lo mejor es que a los policías les está pasando milagrosamente lo contrario!

    - Porque los polis van en tortuga, y nosotros en bólidos -presumió la voz de Crowley a través de las radios de sus contrincantes-. ¡Última vuelta!

    - ¡Y encima nos piratea la radio! -rieron los universitarios-. ¡Qué raro es ese tipo!


    Poco después los pilotos aparcaron en la parte menos recomendable del Soho, destaparon las placas de matrícula y entraron en un local de alterne para saldar cuentas. En el escenario, un espectacular strip-tease merecía llevarse todas las miradas, pero el yuppie y el tatuado clavaron los ojos en Crowley acusadoramente:

    - ¡Ese Bentley no debería poder pasar de 80 millas por hora!

    - ¿De qué año es, 1933? ¿Qué le has hecho?

    - 1926: fue un prototipo anterior a la serie oficial -se enorgulleció Crowley-. Pero ya avisé de que estaba trucado, así que no quiero excusas. ¡Es hora de pagar la apuesta!

    - Tú ganas -se encogió de hombros uno de los universitarios, un niño rico acostumbrado a malgastar el dinero de papá.

    - Y el doble si nos explicas por qué en la última vuelta vimos dos policías montados en tortugas de verdad -añadió el otro jovenzuelo.

    - Magia -bromeó la dueña del local, sirviendo las bebidas que había encargado el ganador-. ¿Esas tortugas cabalgaban sobre elefantes?

     Los demás rieron la ocurrencia, pagaron la apuesta y se instalaron en la mesa más próxima al escenario, donde otra stripper iniciaba el siguiente número. La gerente se llevó aparte a Crowley:

     - Oye, ¿es tu Bentley el que está detrás de las noticias de la M25? No puedes ser tan…

    - ¿Malo? Oh, sí lo soy, Sastra. Excepto una vez que un santurrón intentó cambiarme, ¿y para qué? ¡Al final me dejó tirado!

    - No me llamo Sastra. Oye, siento lo de ése...

    - No importa. Así ya no perderé el tiempo por nadie más -apuró su vodka y pidió otro-. ¡Lo mío es correr, beber y divertirme!

    Ella se encogió de hombros mientras le rellenaba la copa. Los desengaños no eran la alegría de la huerta, pero al menos le proporcionaban clientela.

    - Bueno, mientras no me busques problemas con la pasma… ¿Los que alucinan con tortugas son mayores de edad? No los habrás drogado para ganar, ¿verdad?

    - Sí. ¡No! A ver, vayamos por partes: sí, son mayores de edad, los muy vagos deberían haber acabado ya la Universidad. Pero no van drogados, sería aburridísimo ganarles así. Oye, ¿a ti por qué te importa lo que esnifen en el parking?

    La gerente torció el gesto, pero su joven ayudante la retuvo:

    - Gracias, jefa, pero no hace falta que…

    - Sí hace falta, Cindy. Sé lo que había tomado el que atropelló a tu familia -replicó la propietaria, mientras Crowley intentaba ahogar en vodka una molesta punzada de compasión.

    - Entonces le interesará saber que a quien hay que expulsar de aquí es a este individuo -intervino una voz de mujer desde la entrada. Con una mano sostenía una bolsita repleta de sospechosas pastillas de colores. Con la otra señalaba a un tipejo de aspecto huidizo, que intentaba librarse de las garras de un tercer intruso: un caballero maduro de aire extrañamente escalofriante.

    La dueña del local sopesó a la mujer y al caballero con ojo crítico. Había en ellos algo furtivo y autoritario al mismo tiempo.

    - ¿Policía secreta? Si me permiten invitarles a tomar algo…

    Crowley se quitó las gafas oscuras para examinar a los intrusos y maldijo al reconocer sus caras y sus auras:

    - Sí, eso es, Scotland Yard. Los conozco, yo me encargo. Pero primero… -volvió a ponerse las gafas y chasqueó los dedos: sin que los demás lo advirtieran, varias botellas volvieron a llenarse. En la mesa del escenario, los modales de los pilotos suicidas parecieron serenarse, como si alguien les hubiera quitado de las venas el alcohol que acababan de tomar: así sería menos probable que atropellaran a la familia de nadie. Le dejó la cuenta a ellos y gruñó:

    - Ni Cindy ni nadie encontraría mejor jefa que tú, Sastra. Sé bastante sobre jefes.

    Después empujó a los recién llegados hasta el exterior, siseando con furia:

    - Hastur, Shax, ¿qué significa esto? ¡Ya no trabajo para el Infierno!


Soy un bólido que avanza como Lady Godiva,
¡Vamos, vamos, ya no hay quien me pare!


 (CONTINUARÁ...)


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3 comentarios:

Anónimo dijo...

Primer cap leido, y comienza fuerte, streepers , carreras ilegales y temas. Angela Siol.

Nievesg dijo...

Jeje, sí, es un poco travieso y no es mi estilo, pero sabemos en qué barrio estaba Crowley haciendo negocios cuando recibió el agua bendita, y cuánto disfruta con la velocidad. Ahora que la vida decente le ha salido mal, si quiere olvidarla es lógico volver aquí.
Pero aún queda algo del viejo Crowley: incluso en los bajos fondos hay gente mejor y peor. Y Crowley todavía está contra la peor. ¡Habrá sangre, pero no de inocentes!

Nievesg dijo...

Disculpas por el retraso: ya está la siguiente parte! https://kalelelvigilante.blogspot.com/2024/02/capitulo-4-tertia-pugna-tercer-asalto.html