En cómics recientes (Superman vol.3 #38), el hombre de acero descubrió un nuevo poder, bautizado como "super-flare", una especie de erupción solar localizada de gran potencia destructiva. Pero que tiene un desagradable efecto secundario: al utilizar toda la energía almacenada en sus células kryptonianas, deja a Superman sin poderes durante 24 horas. Posteriormente, sus poderes regresan... hasta que finalmente los poderes han ido desapareciendo sin retorno. Para colmo, Lois Lane, que en la continuidad actual es colega de profesión y buena amiga de Clark Kent, pero en modo alguno la novia de Superman (el Supes está saliendo con Wonder Woman), descubrió e hizo pública la identidad del Hombre de Acero.
La combinación de ambos acontecimientos ha supuesto un golpe durísimo para Superman, que se ha visto incluso desprovisto de su supertraje (la Fortaleza de la Soledad no reconoció su traumatizado ADN kryptoniano y se lo requisó considerándolo una reliquia robada), y se encuentra ahora sin identidad secreta, "traicionado" por su mejor amiga y prácticamente desprovisto de poderes. Por si fuera poco, todo indica que Bruce Wayne ha muerto en el enfrentamiento definitivo entre Batman y el Joker, con lo que ha perdido además a su mejor aliado. La historia arrancará en Alaska, con un Clark en el fondo del pozo que se convertirá en el Superman de la gente corriente, incluso con sus poderes ridículamente reducidos al nivel de 1938.
No es, probablemente, un paso definitivo, sino la última vuelta de tuerca de la editorial DC para insuflar sorpresa y desafíos en el personaje más emblemático que tiene. Pero, aunque puede dar lugar a historias y conclusiones muy interesantes, tampoco es un paso novedoso. Repasaremos aquí las otras veces en que Superman ha perdido el "súper", y lo que ha significado para él.
La primera vez
En Superman vol.1 #61 (1949), el hombre de acero acude al rescate de Lois Lane, que ha sido descubierta mientras investigaba a un timador mafioso que pretende ser un mago. Para su propia sorpresa, la maldición de pacotilla que lanza sobre Superman anula sus superpoderes, y el swami lo derrota con facilidad y escapa. Tras sufrir otras derrotas a manos del estafador, Superman acaba descubriendo que lo que provoca su debilidad es una extraña roca que el swami llevaba en el turbante, y cuyo origen parece ser meteórico.
La Maravilla de Metrópolis supera la velocidad de la luz para viajar al pasado y rastrear el origen de los meteoritos, y acaba descubriendo que proceden de un planeta lejano y muy avanzado llamado Krypton. Y lo que es más, que él mismo fue enviado a la Tierra desde ese planeta para que sobreviviera a su destrucción.
En efecto: el mismo número en que hace su primera aparición la kryptonita es también la historia en la que Superman descubre que no es humano, como había creído hasta entonces. Y es que en las primeras versiones de su origen no había ningún mensaje de Jor-El que guiara a Clark Kent acerca de su procedencia como hemos podido ver más tarde en las versiones cinematográficas de 1978 o 2013, o en el Man of Steel (1986) de John Byrne.
Por tanto, tenemos una interesante vinculación entre la primera vez que Superman pierde sus poderes (por la que será su vulnerabilidad principal durante toda su carrera) y su propia identidad. Que Superman pierda sus poderes le llevará a saber que él es kryptoniano.
En Superman vol.1 #61 (1949), el hombre de acero acude al rescate de Lois Lane, que ha sido descubierta mientras investigaba a un timador mafioso que pretende ser un mago. Para su propia sorpresa, la maldición de pacotilla que lanza sobre Superman anula sus superpoderes, y el swami lo derrota con facilidad y escapa. Tras sufrir otras derrotas a manos del estafador, Superman acaba descubriendo que lo que provoca su debilidad es una extraña roca que el swami llevaba en el turbante, y cuyo origen parece ser meteórico.
La Maravilla de Metrópolis supera la velocidad de la luz para viajar al pasado y rastrear el origen de los meteoritos, y acaba descubriendo que proceden de un planeta lejano y muy avanzado llamado Krypton. Y lo que es más, que él mismo fue enviado a la Tierra desde ese planeta para que sobreviviera a su destrucción.
Por tanto, tenemos una interesante vinculación entre la primera vez que Superman pierde sus poderes (por la que será su vulnerabilidad principal durante toda su carrera) y su propia identidad. Que Superman pierda sus poderes le llevará a saber que él es kryptoniano.
En Superman
vol.1 #233 (1971), el experimento de un científico tiene consecuencias
imprevistas, y toda la kryptonita de la Tierra se convierte en plomo.
Durante un tiempo parece que el Hombre de Acero ha superado su mayor
debilidad (le quedan los rayos de sol rojo y la magia), pero en el siguiente número,
pasada la euforia inicial, Superman empieza a perder sus poderes sin que la desaparecida kryptonita tenga nada que ver. Una extraña criatura de arena parece hacer acto de presencia
cada vez que sus capacidades menguan, tomando a medida que pasa el
tiempo un aspecto más parecido al suyo. La saga de este Hombre de Arena
abarcó un total de siete números, algo totalmente insólito en la época,
cuando las aventuras eran autoconclusivas o a lo sumo duraban un par de números.
El trabajo conjunto del guionista Dennis O'Neal y el nuevo editor Julius Schwartz tenía la intención de devolver a Superman a un estadio más parecido al de su origen, rebajando sus poderes a un tercio de su capacidad y resaltando el ingenio a la hora de utilizarlos y el lado humano del personaje. En sus manos, Clark Kent dejó de ser un pelele y cambió la redacción del Daily Planet por los estudios de televisión de la cadena WGBS. La intención era buena, aunque no cuajó demasiado con algunos fans y otros autores, y en cuanto acabó la etapa de O'Neal Superman volvía a estar resolviendo tareas cósmicas, buceando en soles y haciendo malabares con planetas. En cualquier caso, habían inaugurado una nueva etapa, la conocida como Edad de Bronce, tras la Edad de Oro (iniciada con Action Comics #1 y la llegada de Superman) y la de Plata (desde Showcase #4 con el origen del Flash de Barry Allen).
El "hombre de arena" tuvo un remake en 1992, en manos de Walt Simonson (en un cómic llamado, sencillamente, Superman Special), y una reelaboración bastante original dentro de los Nuevos 52, en Action Comics: Futures End #1 (2014), un tie-in con la saga que desarrollaba un posible futuro del universo DC dentro de 5 años.
El trabajo conjunto del guionista Dennis O'Neal y el nuevo editor Julius Schwartz tenía la intención de devolver a Superman a un estadio más parecido al de su origen, rebajando sus poderes a un tercio de su capacidad y resaltando el ingenio a la hora de utilizarlos y el lado humano del personaje. En sus manos, Clark Kent dejó de ser un pelele y cambió la redacción del Daily Planet por los estudios de televisión de la cadena WGBS. La intención era buena, aunque no cuajó demasiado con algunos fans y otros autores, y en cuanto acabó la etapa de O'Neal Superman volvía a estar resolviendo tareas cósmicas, buceando en soles y haciendo malabares con planetas. En cualquier caso, habían inaugurado una nueva etapa, la conocida como Edad de Bronce, tras la Edad de Oro (iniciada con Action Comics #1 y la llegada de Superman) y la de Plata (desde Showcase #4 con el origen del Flash de Barry Allen).
El "hombre de arena" tuvo un remake en 1992, en manos de Walt Simonson (en un cómic llamado, sencillamente, Superman Special), y una reelaboración bastante original dentro de los Nuevos 52, en Action Comics: Futures End #1 (2014), un tie-in con la saga que desarrollaba un posible futuro del universo DC dentro de 5 años.
Clark Kent no es Superman
En Superman vol.1 #17 (1942), Lois Lane empezó a sospechar que Superman podía tener una identidad secreta y que esa identidad era su aparentemente torpe y cobarde compañero Clark Kent. Trató de pillar a alguno de los dos en falso durante mucho tiempo, sin demasiado éxito, y ésto se convirtió de hecho en una de las historias recurrentes durante los 50 y los 60, tanto como las apariciones de Mxyzptlk o las peculiares mutaciones a cargo de la kryptonita roja. Es decir, que lo que ahora ha hecho la Lois Lane del moderno universo DC no es sino la culminación de algo que llevaba 73 años persiguiendo.
Pero hay una historia curiosa el respecto: en 1978 se celebraba el 40º aniversario de Superman. Nos trasladamos a Tierra-2, dentro del multiverso DC el mundo alternativo en el que transcurrían las aventuras de las versiones originales de sus personajes, las de la Golden Age. En Action Comics vol.1 #484, un mago (esta vez verdaderamente mágico) utiliza la Varita de Glastonbury para eliminar a Superman. Y lo consigue, con un pequeño problema: como no sabe que Superman tiene una identidad secreta, la Varita deja a un Clark que ignora que él mismo es el hombre de acero. Este Clark deja de ser el hombre apocado que había sido hasta entonces para pasar a ser un periodista de acción: Lois Lane acaba enamorándose de él y ambos se casan... tras lo cual ella acaba descubriendo la verdad, que Clark es el desaparecido Superman, y juntos consigan deshacer el hechizo. Este matrimonio, por cierto, permaneció desde entonces.
Action Comics #484 fue en su momento toda una revolución que cambió el status quo aparentemente inamovible de los personajes, aunque se tratara de las versiones de Tierra-2. Nos plantea a un Clark que asumía parte de las virtudes de Superman al desaparecer éste, y que podría ser el origen de la famosa escena del vertedero en la película Superman III (1983). Algo que el dramaturgo catalán Josep Maria Benet i Jornet ya había sugerido en su obra de teatro Supertot (1973), en la que el superhéroe tiene un alter-ego por debajo de la media de los hombres normales, y al desaparecer el primero acaba mejorando las capacidades del segundo.
Montaje de Els últims dies de Clark K. en la Sala Flyhard de Barcelona |
Superman II (1980)
La segunda película de Christopher Reeve como el hombre de acero tiene esencialmente dos tramas: el ataque a la Tierra de los tres criminales escapados de la Zona Fantasma y la relación romántica entre Superman y Lois. La periodista sospecha cada vez más que el héroe y Clark son la misma persona y acaba descubriendo su secreto en las cataratas del Niágara. Tras ello, Superman la lleva a la Fortaleza de la Soledad, donde consuman físicamente su relación (las consecuencias llegarán en Superman Returns, 2006) y él acaba tomando una decisión drástica: renunciar a sus poderes para vivir en igualdad con ella. Superman se obliga a elegir entre serlo o ser Clark Kent.
La elección acaba siendo un desastre: primero, Clark es humillado por un camionero chulito, y más tarde se ve obligado a recuperar sus poderes para poder plantar cara a Zod, Ursa y Non. Hay dos finales a la historia: según el montaje del director Richard Donner, Lois decide finalmente contar el secreto de Superman en un artículo, lo que nos pone en contacto con su decisión actual en los Nuevos 52. Pero el hombre de acero invierte el curso de la historia y acaba deshaciendo todos los hechos ocurridos durante la película. Es decir, la famosa escena de Superman dando vueltas alrededor de la Tierra y haciendo retroceder el tiempo (o viajando al pasado) no era originalmente el final de la primera película sino de la segunda. Cuando esto se cambió, el final que se estrenó en el cine y que más gente conoce presenta a Lois sencillamente frustrada al no poder contar el secreto a nadie (su sentido del deber periodístico pugnando por sus sentimientos hacia la persona), hasta que Clark borra ese dato de su memoria con un "superbeso" (inspirado en una escena de Action Comics vol.1 #306).
Action Comics #306: el superbeso original No, el "superlogo-lanzable-atrapador" sí que se lo sacaron de la manga... |
Whatever happened...?
Alan Moore escribió algunas de las últimas historias de Superman antes del reseteo de la continuidad original de DC en el macro-evento Crisis en Tierras Infinitas. Curiosamente tres grandes narraciones en las que se explora el tema de la identidad y los poderes del personaje con resultados distintos.
"The Jungle Line", en DC Comics Presents #85 (Sep. 1985) une de forma bastante insólita a Superman con la Cosa del Pantano; insólita porque el hombre de acero acabará el encuentro sin saber del mismo. En esta historia, Kal-El se infecta con un hongo kryptoniano y sus poderes comienzan a fluctuar, apareciendo, desapareciendo y amplificándose sin aviso mientras su propio cuerpo y su mente se dirigen, aparentemente, hacia la destrucción. Incapaz de confiar en sus poderes, es un atormentado Clark Kent el que se dirige hacia los pantanos de Louisiana con la certeza de que su muerte se acerca rapido. Son varios los momentos en los que Kent parece convertirse en una especie de refugio para ese Superman que no es capaz de serlo, más patético pero a la vez más sólido: cuando Superman y Kal-El fallan, el que lleva la batuta es Clark Kent.
Un par de meses después, en Superman vol.1 Annual #11, otra planta extraterrestre pone en apuros a nuestro héroe, esta vez paralizando su cuerpo y haciéndole alucinar con que Krypton nunca fue destruído y él pudo desarrollar su vida allí como Kal-El. Desaparecen, por tanto, Clark y Superman, la dualidad en la que se mueve en su vida, desaparecen los poderes y su vida terrenal, y sólo queda la vida que nunca pudo tener, la vida que le ha sido negada irremisiblemente. El título de la historia, por supuesto, es "To the man who has everything...": lo que desearía Superman si pudiera elegir es ser Kal-El.
"Whatever happened to the man of tomorrow?" es el título que cierra el multiverso pre-Crisis y la historia de su Superman. Comienza en Superman vol.1 #423, y nos cuenta los últimos días del hombre de acero según recuerda Lois Lane en el (entonces) futuro año 1997. En un momento de la historia, Clark Kent es asaltado por villanos en el Daily Planet, que descubren al mundo su identidad secreta. Kent, por tanto, "muere" primero, como también "morirá" Superman al final de la historia, en Action Comics vol.1 #583. En ambos casos las comillas están justificadas. Hay una especie de sensación, probablemente justificada, de que este Kent no era más que un accesorio, el disfraz en que Superman se ocultaba para pasar tiempo entre los humanos como uno más de ellos. Su desaparición pesa bastante menos que la de otros de los personajes secundarios que van sucumbiendo a medida que la narrativa avanza. Esta acaba siendo la última historia de Superman, sin su lado kryptoniano y sin su lado humano, obligado a aceptar un compromiso final.
Alan Moore escribió algunas de las últimas historias de Superman antes del reseteo de la continuidad original de DC en el macro-evento Crisis en Tierras Infinitas. Curiosamente tres grandes narraciones en las que se explora el tema de la identidad y los poderes del personaje con resultados distintos.
"The Jungle Line", en DC Comics Presents #85 (Sep. 1985) une de forma bastante insólita a Superman con la Cosa del Pantano; insólita porque el hombre de acero acabará el encuentro sin saber del mismo. En esta historia, Kal-El se infecta con un hongo kryptoniano y sus poderes comienzan a fluctuar, apareciendo, desapareciendo y amplificándose sin aviso mientras su propio cuerpo y su mente se dirigen, aparentemente, hacia la destrucción. Incapaz de confiar en sus poderes, es un atormentado Clark Kent el que se dirige hacia los pantanos de Louisiana con la certeza de que su muerte se acerca rapido. Son varios los momentos en los que Kent parece convertirse en una especie de refugio para ese Superman que no es capaz de serlo, más patético pero a la vez más sólido: cuando Superman y Kal-El fallan, el que lleva la batuta es Clark Kent.
Un par de meses después, en Superman vol.1 Annual #11, otra planta extraterrestre pone en apuros a nuestro héroe, esta vez paralizando su cuerpo y haciéndole alucinar con que Krypton nunca fue destruído y él pudo desarrollar su vida allí como Kal-El. Desaparecen, por tanto, Clark y Superman, la dualidad en la que se mueve en su vida, desaparecen los poderes y su vida terrenal, y sólo queda la vida que nunca pudo tener, la vida que le ha sido negada irremisiblemente. El título de la historia, por supuesto, es "To the man who has everything...": lo que desearía Superman si pudiera elegir es ser Kal-El.
"Whatever happened to the man of tomorrow?" es el título que cierra el multiverso pre-Crisis y la historia de su Superman. Comienza en Superman vol.1 #423, y nos cuenta los últimos días del hombre de acero según recuerda Lois Lane en el (entonces) futuro año 1997. En un momento de la historia, Clark Kent es asaltado por villanos en el Daily Planet, que descubren al mundo su identidad secreta. Kent, por tanto, "muere" primero, como también "morirá" Superman al final de la historia, en Action Comics vol.1 #583. En ambos casos las comillas están justificadas. Hay una especie de sensación, probablemente justificada, de que este Kent no era más que un accesorio, el disfraz en que Superman se ocultaba para pasar tiempo entre los humanos como uno más de ellos. Su desaparición pesa bastante menos que la de otros de los personajes secundarios que van sucumbiendo a medida que la narrativa avanza. Esta acaba siendo la última historia de Superman, sin su lado kryptoniano y sin su lado humano, obligado a aceptar un compromiso final.
Adios poderes
Pasaron los años, el universo DC post-Crisis gozaba de buena salud, y en 1990 Superman se quedó temporalmente sin poderes por culpa de la kryptonita roja mágica creada por un Mxyzptlk asociado con Lex Luthor. Durante la llamada "Krisis de la Kryptonita Karmesí", Superman recibe la ayuda del Profesor Emil Hamilton, que le diseña una armadura temporal, y del superhéroe Starman, que trata de recargarlo con rayos solares concentrados y posteriormente se hace pasar por el propio hombre de acero para que no corran los rumores de su desaparición entre el mundo criminal de Metropolis.
Justo la trama que precedía a esta, "El día del hombre de Krypton", la influencia de un artefacto de su planeta hace que Superman vaya abandonando tanto su personalidad humana como su uniforme y estilos superheróicos, en favor de unas actitudes cada vez más frías y kryptonianas. Cuando se recupera, Clark Kent reafirma la necesidad de vivir más ese lado humano, fortaleciendo su relación con Lois. La relación se sigue desarrollando durante el tiempo que Superman ha perdido sus poderes, culminando en Superman vol.2 #50 (1990), oportunamente titulado "El factor humano": primero, Clark Kent salva la situación entrevistando a Lex Luthor y consiguiendo que revele el origen de la pérdida de poderes de Superman, violando exactamente la condición que puso Mxyzptlk para que estos siguieran perdidos. Ya recuperado, Lois acepta la petición de mano de Clark, en un paso clave para esta versión de los personajes: esta vez no se trata de una versión alternativa de ellos, ni de una historia imaginaria (aunque, ¿acaso no lo son todas?), sino de la continuidad principal de la editorial. Dos meses después, el paso siguiente será revelarle su identidad secreta en Action Comics vol.1 #662 (1991).
Por tanto, la pérdida de poderes y la dominación de la personalidad kryptoniana acaban fortaleciendo el lado humano del personaje. Superman es el disfraz, y esencialmente el personaje, en esta versión post-Crisis al menos, es Clark Kent. Esa aceptación le permite avanzar en su relación Lois y para ello acaba siendo imprescindible desprenderse, frente a ella, de la identidad secreta.
Pasaron los años, el universo DC post-Crisis gozaba de buena salud, y en 1990 Superman se quedó temporalmente sin poderes por culpa de la kryptonita roja mágica creada por un Mxyzptlk asociado con Lex Luthor. Durante la llamada "Krisis de la Kryptonita Karmesí", Superman recibe la ayuda del Profesor Emil Hamilton, que le diseña una armadura temporal, y del superhéroe Starman, que trata de recargarlo con rayos solares concentrados y posteriormente se hace pasar por el propio hombre de acero para que no corran los rumores de su desaparición entre el mundo criminal de Metropolis.
Justo la trama que precedía a esta, "El día del hombre de Krypton", la influencia de un artefacto de su planeta hace que Superman vaya abandonando tanto su personalidad humana como su uniforme y estilos superheróicos, en favor de unas actitudes cada vez más frías y kryptonianas. Cuando se recupera, Clark Kent reafirma la necesidad de vivir más ese lado humano, fortaleciendo su relación con Lois. La relación se sigue desarrollando durante el tiempo que Superman ha perdido sus poderes, culminando en Superman vol.2 #50 (1990), oportunamente titulado "El factor humano": primero, Clark Kent salva la situación entrevistando a Lex Luthor y consiguiendo que revele el origen de la pérdida de poderes de Superman, violando exactamente la condición que puso Mxyzptlk para que estos siguieran perdidos. Ya recuperado, Lois acepta la petición de mano de Clark, en un paso clave para esta versión de los personajes: esta vez no se trata de una versión alternativa de ellos, ni de una historia imaginaria (aunque, ¿acaso no lo son todas?), sino de la continuidad principal de la editorial. Dos meses después, el paso siguiente será revelarle su identidad secreta en Action Comics vol.1 #662 (1991).
Por tanto, la pérdida de poderes y la dominación de la personalidad kryptoniana acaban fortaleciendo el lado humano del personaje. Superman es el disfraz, y esencialmente el personaje, en esta versión post-Crisis al menos, es Clark Kent. Esa aceptación le permite avanzar en su relación Lois y para ello acaba siendo imprescindible desprenderse, frente a ella, de la identidad secreta.
Grant Morrison dixit
Y llegamos a la última etapa de este viaje. En los primeros compases de los Nuevos 52, Grant Morrison guionizó Action Comics vol.2 con las historias de los pasos iniciales de Superman en Metropolis mientras en la colección Superman vol.3 George Perez explicaba sus aventuras 5 años después, ya más curtido, en el "presente".
Una de las cosas que hizo Morrison durante su tiempo con Superman fue matar a Clark Kent: en Action Comics vol.2 #10, Kent es dado por muerto mientras trataba de salvar a un suicida con explosivos, y Superman aprovecha para buscarse una nueva identidad secreta, un bombero que tentativamente llama Johnny Clark. Finalmente es Batman quien le hace ver que lo que él necesita realmente es ser periodista, y que en el fondo él no es otro que Clark Kent. Así que se las ingenian para explicar como Clark ha sobrevivido y todo vuelve a la "normalidad"... con un poco de ayuda mágica de la Quinta Dimensión.
En definitiva: que Superman pierda los poderes y la identidad secreta no es una novedad. Generalmente siempre han vuelto, pero lo importante es que en muchas ocasiones esos "eventos" han servido para redefinir y humanizar al personaje, nadando hasta el fondo de quién es realmente y si son los poderes o el traje quienes determinan quien es él en realidad. Las reducciones de poder también han servido para explicar historias más cercanas, más ancladas en el mundo que conocemos, y para dotarle de una vulnerabilidad que aumente el valor de sus proezas: si todo cuesta más, si hay riesgo, todo es más emocionante. Veremos si en DC aprovechan la oportunidad para crear nuevas historias interesantes sobre su personaje insignia.
Y llegamos a la última etapa de este viaje. En los primeros compases de los Nuevos 52, Grant Morrison guionizó Action Comics vol.2 con las historias de los pasos iniciales de Superman en Metropolis mientras en la colección Superman vol.3 George Perez explicaba sus aventuras 5 años después, ya más curtido, en el "presente".
Una de las cosas que hizo Morrison durante su tiempo con Superman fue matar a Clark Kent: en Action Comics vol.2 #10, Kent es dado por muerto mientras trataba de salvar a un suicida con explosivos, y Superman aprovecha para buscarse una nueva identidad secreta, un bombero que tentativamente llama Johnny Clark. Finalmente es Batman quien le hace ver que lo que él necesita realmente es ser periodista, y que en el fondo él no es otro que Clark Kent. Así que se las ingenian para explicar como Clark ha sobrevivido y todo vuelve a la "normalidad"... con un poco de ayuda mágica de la Quinta Dimensión.
En definitiva: que Superman pierda los poderes y la identidad secreta no es una novedad. Generalmente siempre han vuelto, pero lo importante es que en muchas ocasiones esos "eventos" han servido para redefinir y humanizar al personaje, nadando hasta el fondo de quién es realmente y si son los poderes o el traje quienes determinan quien es él en realidad. Las reducciones de poder también han servido para explicar historias más cercanas, más ancladas en el mundo que conocemos, y para dotarle de una vulnerabilidad que aumente el valor de sus proezas: si todo cuesta más, si hay riesgo, todo es más emocionante. Veremos si en DC aprovechan la oportunidad para crear nuevas historias interesantes sobre su personaje insignia.
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