El espacio y el tiempo: las últimas fronteras. No ajustes tu monitor: yo controlo la vertical. Yo controlo la horizontal. Estamos entrando en un mundo distinto de sueños e ideas. Estamos entrando... en la dimensión desconocida.
Soy el Vigilante. Te doy la bienvenida a un mundo que he catalogado como Tierra-88. El número es lo de menos, arbtirario, o quizás no. Quizás cada pequeño detalle que diferencia un mundo de otro, incluso su número, tenga una razón de ser.
Hoy os traigo un enigma envuelto en un misterio que exploraremos durante las próximas semanas. Un misterio que comienza con un hombre procedente de un país distinto del que vería sus mayores triunfos: en 1935, Narciso Ibáñez Serrador nació en Montevideo, hijo de un actor y director de teatro, el español Narciso Ibáñez Menta, y de una actriz argentina, Pepita Serrador. Sus primeros años le vieron seguir a sus padres en sus giras por Latinoamérica, aunque ya con 8 años exploro su propia vis teatral poniendo la voz al conejo Tambor en la película Bambi de Disney. En 1947, Narciso se instala en España para cursar el Bachillerato y comenzar su propia carrera teatral, actuando, dirigiendo y escribiendo. Comienza a adaptarse a los medios audiovisuales y a lo largo de los años 50, bajo seudónimo, guioniza gran cantidad de dramas radiofónicos. Este medio le fascina cada vez más, y en especial un hito en la historia de la radio mundial: la famosa transmisión de La Guerra de los Mundos del Teatro Mercurio del Aire de Orson Welles.
Chicho, con su inefable pipa |
En realidad, Chicho está inventándose casi todo lo que dice sobre la marcha. Pero dice que será barata, que dará prestigio y que convencerá al público. Pese a la atención que había despertado La Guerra de los Mundos, Televisión Española no está del todo convencida de que la ciencia-ficción sea del todo adecuada para la cadena, pero Ibáñez parece tener las ideas tan claras que en Septiembre de 1963 dan el visto bueno a la grabacion de 13 episodios de prueba, a estrenarse antes de Diciembre. Con apenas 2 meses para convertir su idea en una serie con cara y ojos, con un equipo creativo mínimo y un presupuesto muy limitado, Narciso Ibáñez se lanza a la aventura de buscar a sus protagonistas y a quien los encarne...
Teniendo que resolver tantas dudas, no es extraño que, apremiado para dar un nombre a su idea, aprovechara la anotación de uno de sus cuadernos:
- Doctor Quién -se dice que afirmó como si fuera evidente-. La serie se llama Doctor Quién.
En nuestro próximo encuentro hablaremos de los actores elegidos para encarnar al Doctor y a sus acompañantes. Te espero de vuelta a Tierra-88...
1 comentario:
O__o Yo esto no lo sabía, curiosa anécdota; da que pensar desde luego...gracias por compartirlo con todos nosotros.
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