12 julio 2013

Tierra-88: El Primer Doctor (II)

El espacio entre los mundos ha vuelto a abrirse.
Soy Kal-El el Vigilante: bienvenidos de nuevo a Tierra-88.


El primer episodio de Doctor Quién se emitió el sábado 23 de Noviembre de 1963... apenas 24 horas después de haberse grabado, casi en tiempo real como era la norma, en los estrechos estudios del Paseo de la Habana, y en pleno shock por el asesinato de John Fitzgerald Kennedy.


Retrocedamos algunos días. Como ya sabemos, el Doctor iba a ser un viajero del tiempo. Su máquina, anunció Chicho al equipo el 6 de noviembre, se llamaría TARDIS:

- En realidad son siglas, pero evocará a la tarde -dice en un memorando interno-, y a llegar tarde, porque aunque viaje por el tiempo, el Doctor no controla el destino de sus viajes. Ahí está la gran aventura a la que se enfrenta.

¿Siglas? Los seguidores de la serie en Tierra-88 saben explicar perfectamente a los no-iniciados el significado de cada una de esas letras, tal y como lo explicó Susana en el primer episodio de la veterana producción.
SUSANA: Bueno, me inventé el nombre TARDIS a partir de las iniciales: Tiempo Absolutamente Relativo en Dimensiones Intrínsecas Subjetivas.
O como diría el Doctor: "el tiempo no es mi jefe". ¿Cómo se decidió el aspecto exterior de la TARDIS? Como ya habíamos explicado, el decorado interior, el que más se iba a reutilizar, ya estaba bastante avanzado. Pero para el exterior, Chicho y Pilar contaron con la ayuda del joven Fernando Sáenz.

Saenz coincidió con Chicho que la TARDIS debía ser un objeto cotidiano pero reconocible. Algo que pudiera estar en el Madrid de 1963 sin llamar demasiado la atención, que quedara un poco fuera de lugar en una chatarrería como la de I.F. Edecán, en la que arranca la historia, y que fuera algo absolutamente llamativo en cualquier entorno espacial o de tiempos remotos. Saenz sugirió algo azul, aunque no se viera en las pantallas en blanco y negro de aquellos tiempos. El secreto se mantuvo hasta que los espectadores vieron al Doctor aparecer por la chatarrería y tratar de abrir con una llave aquella especie de gran armario.


El quiosco original en que se inspiró Saenz para el diseño de la TARDIS estaba situado en el Parque del Retiro, pero se sabe que la empresa que lo había construído tenía otros distribuídos por toda España, de los que se conservaba hasta hace muy poco uno en la Plaza de la Mina de Cádiz. No es de extrañar que hoy en día los tribunales hayan dictaminado que ese diseño particular, aunque básicamente copiado, pertenece en el contexto de la TARDIS, a TVE.

El icónico final del primer episodio
Trabajador incansable, como siempre, Chicho se ocupó de la dirección y los guiones de los 13 primeros episodios (aunque firmando sus textos como Luis de Peñafiel). La primera aventura, como ya vimos, se dedicó a los hombres de las cavernas. Una historia que tendría consecuencias importantes en la vida real:  José María Bermúdez de Castro, descubridor del Homo Antecessor en Atapuerca pero que por entonces contaba 11 años, la cita como la influencia clave que le hizo querer dedicarse a la paleoantropología.

- Podríamos decir -afirmó en una entrevista con Eduard Punset en 2010- que cuando empecé a excavar en la Gran Dolina yo estaba buscando a la Tribu de Gum. Y en mi fuero interno sé que es verdad.

Sobre la historia que presentaría a los grandes enemigos del Doctor Quién, los Daleks, cabe decir que estos seres se inspiraron en una idea de Chicho, pero que el hombre que les dio su hoy inconfundible forma fue José Algueró, que aunque trabajaría diseñando decorados y objetos para multitud de películas (como Simbad y la Princesa o El regreso de los siete magníficos) nunca llegaría a alcanzar la fama y reconocimiento internacionales de Ibáñez Serrador. Sin embargo, Algueró hablaba con orgullo de las creaciones que le superaron.

- Un salero, un pimentero, una batidora de varillas, un desatascador... Decían que era un cutre trabajando con aquellos elementos, pero, bueno, el resultado salta a la vista. No pueden ser más españoles y a la vez más universales.

El argumento no encontró problemas con la censura, pese a tratar de la lucha contra unos totalitarios dictadores mecánicos. Pero no fue casualidad: Pilar Miró lo vendió como una crítica a los movimientos hippies y la "masculina necesidad" de tomar las armas cuando invaden tu hogar... y coló.

"Una niña de otro mundo" presentó a los personajes; "100.000 aC" planteó las bases de la serie como una aventura con dosis de historia. "Los Daleks" sirvió para recordar a la audiencia la ciencia ficción subyacente a la trama. Pero "En la nave" (o como la conocemos hoy en día: "Al borde de la destrucción"), los dos últimos episodios de los 13 que tenía programada la serie, tenían como audiencia objetivo a los mandameses de TVE. Chicho se lució con una trama asfixiante, de las que disfrutaba trabajando, sin gastar una sola peseta, aprovechando los decorados, el vestuario y los actores que ya tenían. La tensión era máxima, y al final del episodio 12 nadie sabía si los protagonistas iban a sobrevivir, ni la razón de su extraño comportamiento. Ni siquiera los jefes de Chicho, a los que demostró que podía hacer una serie tan barata o tan excepcional como les había prometido, si le dejaban trabajar a su antojo. El experimento fue un éxito, y enseguida le dieron el visto bueno para otros 30 episodios.

Agradecido por su inestimable colaboración, Chicho cedió a Pilar Miró la elección del tema de la siguiente historia: la tripulación de la TARDIS acompañaría en sus viajes a Marco Polo.

(CONTINUARÁ)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

En ese mundo paralelo los estudios de Prado del Rey se inauguraron antes, en este fue en 1964. Hasta entonces las grabaciones se hacían en el Paseo de la Habana.

KalEl el Vigilante dijo...

¡Corregido, Anónimo! Ha sido un error muy tonto, porque precisamente hablaré del cambio a los nuevos estudios en la siguiente entrada. ¡Muchas gracias!