"Y tendrá otros nombres antes del final: La Tormenta. La Bestia. El Valeyard"
(El Nombre del Doctor)
(El Nombre del Doctor)
Ahora se ha puesto de moda explorar el "lado oscuro" de los personajes, sea a través de los juegos mentales de Casa en La Mujer del Doctor (2011), el mundo alternativo de Apalapucia en La Chica que Esperó (2011) o la inminencia de un CyberDoctor en Pesadilla en Plata (2013). En el ensayo "El Dilema del Gemelo" de mi libro Algo Nuevo, algo viejo, algo prestado, algo azul (insert shameless e-store link) analizábamos precisamente la frecuencia con que los dobles, impostores y suplantadores de todo tipo aparecen en la serie.
Pero podríamos contemplar la cuestión desde otro punto de vista. Aunque dentro de la mitología whovian "el Doctor malvado" parece algo reservado exclusivamente para el Valeyard (que si nos ceñimos estrictamente a los capítulos televisivos, no apareció hasta 1986, y exclusivamente en la temporada del Trial of a Time Lord), veremos que no es para nada así. "Y habrá un Doctor malvado" parece ser un elemento más que define el planteamiento general de las temporadas de Doctor Who, tan frecuente como pueda ser "y volverán a aparecer los daleks" o "y tendremos a un nuevo Amo".
Pensemos en el Primer Doctor: los daleks hicieron un doble robótico suyo en The Chase (1965), y Mortimus, el Monje Entrometido de The Time Meddler (1965), pretende presentarnos a otro Señor del Tiempo como el Doctor (el primer otro miembro de su especie, aunque ésta aún no tenga nombre), pero uno sin tapujos a la hora de alterar a su capricho las líneas temporales.
El Segundo Doctor tuvo a Salamander, con quien sólo compartía aspecto, en The Enemy of the World (1967-68). El Tercero, curiosamente, fue probablemente el único sin un doble maligno en el retorcido mundo paralelo de Inferno (1970): y sin embargo, es con él cuando nace el personaje de El Amo como una némesis perfecta de su talento y actuaciones. La primera muestra concreta de cómo podría ser el Doctor si no dedicara sus esfuerzos a defender a los débiles y a los oprimidos.
El Cuarto Doctor aparenta una megalomanía galopante durante buena parte de The Invasion of Time (1978), y presenta versiones "malignas" en The Face of Evil (1977) y Meglos (1980). El Quinto obtiene la suya en Arc of Infinity (1983). El Sexto empieza directamente siendo su propia versón psicópata en The Twin Dilemma (1984), tras una problemática regeneración, y volverá a serlo en los dudosos acontecimientos que la Matriz muestra durante su juicio (especialmente en Mindwarp y Terror of the Vervoids, 1986). El Séptimo Doctor es tan misterioso y en ocasiones maquiavélico, que la única forma de "malignizarlo" definitivamente es enfrentarlo a villanos de la talla de Davros o Fenric, que en el contexto de Remembrance of the Daleks (1988) y The Curse of Fenric (1989) tratan de imitar o pervertir la gloria gallifreyana. En su "última tentación", sin embargo, en Survival (1989), se resiste a entregarse a su oscuridad.
Podríamos decir que la versión maligna del Octavo es el no-Doctor de John Hurt, en tanto que Doctor es para él un Buen Hombre, y deja de serlo en The Night of the Doctor (2013). El Noveno, como el Séptimo, se reafirma y resiste al renunciar al poder del Vórtice (El Momento de la Despedida, 2005): pero es que en su caso, toda la temporada de 2005 está haciendo penitencia por lo que ha sido en el pasado, por lo que ha hecho, recuperando el nombre de Doctor y volviendo a ser digno de él. En ese sentido, el "Doctor maligno" del Noveno es también el no-Doctor de Hurt.
El Décimo Doctor ha sido poseído por Lady Cassandra en Nueva Tierra (2006) y por el sol vengativo de 42 (2007), se ha mostrado cruel con La Familia de Sangre (2007) y ha llegado a morir por su falta de compasión en Gira a la Izquierda (2008). Pero es probablemente como el Señor del Tiempo Victorioso, en Las Aguas de Marte (2009), cuando alcanza su máxima expresión como "Doctor Malvado".
Y el Undécimo de Matt Smith, claro, nos ha dado al Señor de los Sueños de La Elección de Amy y al CyberDoctor de Pesadilla en Plata. Por no hablar del punto de vista de los monstruos sobre el tema, tanto en La Pandorica Se Abre (2010) como en Un Buen Hombre Va a la Guerra (2011) e incluso El Nombre del Doctor (2013), culminando en el "retorno" (realmente la presentación) del no-Doctor de John Hurt.
¿Seguiremos teniendo Doctores Malvados en la Era Capaldi? Probablemente sí, de una forma u otra. Quizás porque el bien absoluto es aburrido. Quizás como revulsivo contra los que defienden a los antihéroes. Quizás porque, sencillamente, son iteraciones divertidas , y porque en el fondo, el mejor enemigo de un gran héroe puede ser él mismo...
Y el Undécimo de Matt Smith, claro, nos ha dado al Señor de los Sueños de La Elección de Amy y al CyberDoctor de Pesadilla en Plata. Por no hablar del punto de vista de los monstruos sobre el tema, tanto en La Pandorica Se Abre (2010) como en Un Buen Hombre Va a la Guerra (2011) e incluso El Nombre del Doctor (2013), culminando en el "retorno" (realmente la presentación) del no-Doctor de John Hurt.
¿Seguiremos teniendo Doctores Malvados en la Era Capaldi? Probablemente sí, de una forma u otra. Quizás porque el bien absoluto es aburrido. Quizás como revulsivo contra los que defienden a los antihéroes. Quizás porque, sencillamente, son iteraciones divertidas , y porque en el fondo, el mejor enemigo de un gran héroe puede ser él mismo...
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