17 noviembre 2013

6 para 50 - Horror en las profundidades

Astronomía, historia, física, química, matemática, geografía... las áreas del saber que Doctor Who ha ido tocando, de soslayo o de manera más esencial para el argumento, son muy variadas. También la geología, especialmente lo que tiene que ver con las perforaciones. Y el mensaje general que nos deja en estos 50 años es "profundizar demasiado tiene consecuencias fatales".

A esta conclusión casi lovecraftiana llegamos tras ejemplos repartidos por los 800 episodios de la serie: en The Dalek Invasion of Earth (1964), los tiranos de Skaro pretenden desproveer a la Tierra de su núcleo magnético para cambiarlo por un motor y convertir la Tierra en una gigantesca nave a su disposición. Ian y el Primer Doctor abortan en ese caso sus planes, pero un pirata espacial también ha tenido esa idea y la ha llevado dramáticamente a cabo, como comprueban el Cuarto Doctor y Romana durante su búsqueda de la Llave del Tiempo, en The Pirate Planet (1978).

Retrocediendo a tiempos del Segundo Doctor, una perforación submarina en busca de gas absorbe un alga parásita capaz de expulsar gas venenoso y una espuma con la que controla las mentes de otros. Fury from the Deep (1968) significó, además, el adios a Victoria Waterfield como tripulante de la TARDIS y la primera aparición del destornillador sónico.

El Tercer Doctor presencia un verdadero apocalipsis en Inferno (1970): allí detiene a duras penas las perforaciones para alcanzar el núcleo terrestre de un universo alternativo que han despertado una sustancia mutagénica que transforma a los humanos en seres brutales y primordiales. Menos suerte tiene el mundo paralelo al que viaja durante la historia, donde las crueles versiones alternativas de sus amigos de UNIT no atienden a razones, y provocan además un holocausto mundial de lava.

Tanto en The Dalek Invasion of Earth como en Inferno se sugiere una cierta comprensión de que la Tierra misma es un ser vivo con fuerzas naturales, equilibrios y poderes propios, que ir contra ella no es sólo malvado sino terrible. Enunciada por primera vez en 1965, la Hipótesis Gaia de James Lovelock es un poco posterior al primero de esos seriales (curiosamente en relación a una posible visita a Marte, cf. The Waters of Mars, 2009), pero realmente ya puede rastrearse por ejemplo en la historia corta When the World Screamed (1928) de Arthur Conan Doyle, donde en su defensa, como luego en Inferno, la Tierra también deja ir una sustancia altamente nociva. 

Otras instalaciones mineras tienen problemas en Colony in Space (1971), The Robots of Death (1977), The Caves of Androzani (1984) y The Rebel Flesh/The Almost People (2011), generalmente debidos a la ambición de sus propietarios. Pero donde vuelve a aparecer el tema de "lo terrible que se esconde en las profundidades" es en The Hungry Earth/Cold Blood (2011), donde una perforación despierta antes de tiempo a los silurianos que hibernaban bajo Gales; como después descubriremos que las obras del metro de Londres, en la era Victoriana, despertaron a Madame Vastra (A Good Man Goes to War, 2011).

Temas similares los encontramos con el diablo de The Impossible Planet/The Satan Pit (2006), las crías de Racnoss de The Running Bride (2006) o la cría solar de 42 (2007): el horror de profundis, la condenación que aguarda bajo tierra, los misterios que no deben ser perturbados. Quizás algo en nuestro interior, conecta los horrores que esconde el espacio profundo y los que alberga el centro de nuestro propio planeta...

"Pasé la noche inmediata sumido en una horrible pesadilla, en medio de un volcán;
y desde las profundidades de la tierra, sentíme lanzado
a los espacios interplanetarios en forma de roca eruptiva".
(Julio Verne, Viaje al Centro de la Tierra, cap. 14)

1 comentario:

PEDROM dijo...

Y en el spin-off, en 'Torchwood', también hay algo similar al final de la cuarta temporada...