Aviso desde el título, pero por si acaso, reitero: si no habéis visto aún el miniepisodio The Night of the Doctor, considerad toda la entrada de hoy como un gran spoiler. Y considerad también que os estáis perdiendo 7 de los mejores minutos de toda la historia de Doctor Who.
(Vale, River: he avisado. Ya puedes dejar de apuntarme, sweetie)
Entendido por sí sólo, como epílogo de The Name of the Doctor y prólogo de The Day of the Doctor, mantiene el tono entre nostálgico y épico del primero, de fin de una era y estar al borde de una gran batalla, y promete una gran escala para el segundo, dando mayor sentido a un personaje integral para los dos episodios.
Por sí sólo, por tanto, coge el relevo de anteriores minisodes y precuelas y cumple sobradamente con la misión de entretener y prometer. Pero por supuesto, también hay que valorar The Night of the Doctor dentro del conjunto. De muchos conjuntos. Y entonces es cuando se dispara estratosféricamente.
Lo que esos siete minutos de ficción consiguen es tanto, tan grande, de manera tan aparantemente natural y sin embargo tan milimétricamente medida, que temo dejarme algo por el camino:
...le da a Paul McGann la oportunidad que nunca le dieron, retomar su papel como Octavo Doctor en televisión. McGann no sólo la aprovecha: demuestra que los años que ha estado grabando audios para Big Finish en ese papel le han convertido en uno de los hombres que más y mejor conoce al Doctor que ha interpretado. Lo domina, le impregna, lo tiene en la punta de los dedos, de cada mirada, de cada gesto. Demuestran que estaría listo para participar o incluso protagonizar no sólo un episodio completo de la serie regular, sino una temporada o incluso una serie propia entera. Así de bueno es Paul "The Man" McGann.
...al mencionar a sus compañeras de viajes, incorpora de un plumazo todos los audiodramas del Octavo Doctor a la continuidad oficial. De golpe y como quien no quiere la cosa, Big Finish es canon. Así de sencillo y así de claro. Con la naturalidad de alguien (actor -McGann- y guionista -Moffat) que siempre lo ha considerado así.
...el episodio no sólo responde preguntas formuladas al final de The Name of the Doctor. Responde las grandes preguntas que quedaban por responder entre la serie clásica y la moderna: ¿qué pasó con el Octavo Doctor? ¿Cuándo, cómo y por qué se regeneró? ¿Tuvo lugar durante la Última Gran Guerra del Tiempo? ¿Lucharon el Octavo o el Noveno Doctor en la Guerra? ¿Fue alguno de ellos quien, según Rassilon en The End of Time - part 1, tuvo El Momento? Y junto a la aceptación de Big Finish, al hacerlo, une sin fisuras ambas mitades del contínuo whovian. Estamos en 2013, pero si en 2005 la nueva serie impulsada por Russell T Davies hubiera comenzado con este miniepisodio, a nadie le hubiera extrañado. Pero claro, eso hubiera sido muy poco timey wimey...
...y con todo ello se acentúa esa sensación, reforzada por algunos comentarios de Steven Moffat, de que estamos ante el final de una Era, una gran etapa que ha ocupado los últimos 50 años de la serie. Los primeros. The Day of the Doctor no sólo va a ser una celebración, no sólo va a mirar al pasado, al origen, a la esencia de la serie y su protagonista, sino que va a proyectarla y proyectarlos hacia el futuro de otra manera. Hacia el futuro. Nos preguntábamos cómo hace algunos días. Por ejemplo, ¿tiene algo que ver la aprensión de Cass hacia el conflicto con el ejército anti-Doctor de Madame Kovarian? Recordemos que su enfrentamiento se dibuja en el episodio A good man goes to war, y en The Night of the Doctor se explicita que al Octavo le gusta pensar que "good man" y "Doctor" son lo mismo. El Doctor va a la guerra, por tanto, se titularía aquel capítulo... algo que, curiosamente, también se podría aplicar a este minisodio de ahora. ¿Están por tanto relacionados?
Estoy seguro de que la respuesta será aún más magnífica de lo que podamos esperar.
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