18 octubre 2013

36 para 50 - Planet of Fire (I)

Hace 5 años, para celebrar el 45º aniversario de Doctor Who, comencé a subir periódicamente análisis de los DVD que iba viendo de la serie clásica, hasta que el volumen hizo que empezara a dejar demasiados por el camino, y abandoné esa costumbre tras sólo 9 entregas. Ayer vi el último serial que, hasta ahora, tengo en la colección (la semana que viene llegarán otros tres), así que me ha parecido buena idea retomarlo. 

Hoy os hablaré de la edicion en DVD de serial de Quinto Doctor Planet of Fire (1984), y en la entrada de mañana me referiré a la versión película del mismo y a los extras que incluye el lanzamiento de 2Entertain.

(21.13 a 21.16)

Lo primero que vemos en esta historia son rocas: pero no se trata de la típica cantera whovian. No: algo fundamentalmente distinto transpira desde la primera imagen de la aventura. Dos hombres, se diría que beduínos, caminando por un desierto pedregoso, trepando por colinas igualmente áridas. Puede representar la Tierra u otro mundo, pero es evidente que el equipo ha ido a rodar a un sitio muy particular, uno de esos lugares de nuestro planeta que parecen sacados de otro. La acción salta a una casa con paredes extrañamente orgánicas que se combinan con suelos lisos, claramente artificiales, y esculturas abstractas y casi cósmicas. Hablan de marcas, de liderazgo, de fe y de destinos. De nuevo visten como beduínos, y sin embargo el entorno nos habla de algo mucho más exótico. No en vano este serial fue rodado en Lanzarote, y aprovecha con gran efecto sus particularidades geológicas y algo de la arquitectura singular de Cesar Manrique (aunque si conoces bien la isla y su paisaje puede descolocar que utilicen dos sitios tan conocidos de la misma como planetas diferentes).

Y sólo entonces, saltamos a la TARDIS, donde el Quinto Doctor echa pestes de los Daleks, hasta el punto que su compañero Turlough tiene que avisarle de que se está obsesionando con ello. En uno de los toques de continuidad que tanto gustaban a John Nathan Turner, Peter Davison se está refiriendo al final del serial precedente, Resurrection of the Daleks, donde estuvo a punto de ajusticiar a Davros, y donde el retorno de sus sempiternos enemigos le costó no sólo una carnicería que fue incapaz de evitar, sino perder para siempre la compañía de su amiga Tegan, conmocionada por el derramamiento de sangre.

Hacía algún tiempo que el Doctor no viajaba sólo con un compañero masculino: desde el principio de Logopolis, junto a Adric. Y como ocurrió en aquel caso, pronto se nos presentará a la que será la siguiente acompañante femenina del Doctor: la estudiante americana Perpugilliam Brown, más conocida como Peri (interpretada por una joven Nicola Bryant que se estrenaba aquí en el mundo de la televisión). Es una lástima que no pudiéramos ver en más ocasiones a la pareja del Quinto Doctor y Vislor Turlough en solitario, porque tienen una química de lo más interesante. El Doctor es desprendido, confiado pero no en exceso, puesto que Turlough se la ha intentado jugar en más de una ocasión; a su vez, Vislor ha cambiado bastante desde su aparición en Mawdryn Undead (1983), pero ha aprendido del Doctor y quiere demostrarlo, aunque no a cualquier precio. En ciertos aspectos, este es el primer ejemplo de un serial del companion desde The Green Death (1974) como lo serían varios de los de Ace, y la tónica general de la serie desde 2005.

De entrada el argumento es de lo más sencillo: el Amo vuelve a ejercer su control sobre el robot Kamellion que el Doctor lleva en la TARDIS y lo utiliza para tratar de apoderarse de una llama revitalizante que se encuentra en el planeta Karn. No hay demasiada oposición que derrotar, y sí bastantes carreras de un lado a otro de las instalaciones, mientras una gran erupción amenaza con acabar con los nativos. ¿Necesitaba esta historia, entonces, sus 4 capítulos, o se hace demasiado larga? Con toda seguridad: los necesitaba, porque es mucho lo que tiene que contar, además de su argumento sencillo. El retorno del Amo (y el que debía haber sido su muerte definitiva), el final de Kamellion, el origen secreto y la despedida de Turlough, la llegada de Peri... y el planteamiento por el camino de una serie de sorpresas y detalles que podían dar nueva "vidilla" a la serie.

Hay un cierto atolondramiento en su ejecución, especialmente en los tempos de algunas de las escenas de acción y en contínuo ir y venir sin demasiado que hacer en cada nueva localización. Tengo la esperanza de que en el nuevo montaje "fílmico" que incluye el DVD haya sido subsanado. Lo mejor, sin duda, son los problemas que tiene el Amo en esta historia (que conducen a la gran sorpresa del cliffhanger del tercer capítulo), su aspecto durante gran parte del serial, con un Anthony Ainley con traje negro que nos recuerda al de Roger Delgado, y la participación de Peri. Criticada en posteriores aventuras por ser demasiado víctima o demasiado pasiva, en Planet of Fire Peri es víctima y rescatadora, scream queen y aventurera activa a partes iguales, cumpliendo con honores el papel de companion y añadiendo un trasfondo interesante que nunca acabó de ser del todo explorado en la serie.

Los secundarios cumplen su papel, destacando Peter Wyngarde como el sabio (pero ferviente) Timanov, Edward Highmore como el joven líder Malkov, y dos de los disidentes religiosos, Sorasta (Barbara Shelley, que tiene muy pocas frases pero se comporta con mucha naturalidad) y Amyand (James Bate), pero la palma se la lleva sin duda Dallas Adams, que combina tres vestuarios (y maquillajes) distintos para ejercer como padrastro de Peri y dos de las apariencias que adquiere Kamellion a lo largo de la historia.

Resumiento: es una pequeña historia -como era habitual en la época- donde los personajes tienen más protagonismo que los hechos, con más triunfos que faltas, que acaban por sacarla de lo anodino de otras aventuras del Quinto Doctor. Quizás una bajada de ritmo necesaria tras el tour de force que había sido Resurrection of The Daleks, pero que vista independientemente espero que mejore en su versión "película". Mañana lo sabréis... :)

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