Probablemente a algunos el capítulo de hoy de Doctor Who les ha parecido pequeño. Pese a las dinámicas escenas de combates espaciales con las que abre, el desarrollo tenía más de ciencia ficción cerebral que muscular. Y sin embargo, lo que yo he visto ha sido un clásico. Y no me refiero a que sea un episodio digno de pasar, en buena posición, a la historia de la serie: literalmente, me parece que es más que ningún otro a día de hoy un episodio del Doctor Who clásico, y eso me ha encantado.
Gracias al guión de Phil Ford y Steven Moffat, la dirección de Ben Wheatley El clasicismo de Into the Dalek no sólo bebe de referencias más o
menos veladas al pasado (su primer viaje a Skaro y su transformación, por oposición, en el Doctor). Está en la luz, los decorados, el confinamiento, los pasillos, el conflicto. Si en Deep Breath había una conexión con el paso de Davison a Colin,
aquí se cruzan The Evil of the Daleks (1967) -con el factor Dalek y el factor Humano, y que fue dejando ecos en Resurrection of the Daleks (1984), Remembrance of the Daleks (1988), Dalek (2005), Evolution of the Daleks (2007) y Asylum of the Daleks (2012)- y Genesis of the Daleks (1975). Into the Dalek hubiera sido, por sus elementos constitutivos, un "four parter" de Tom Baker, probablemente con Liz Sladen, a tenor de las reacciones de Clara. ¡Si incluso Capaldi habla y suena a veces como Tom!
Pero tras lo que hizo en Remembrance of the Daleks y en la Guerra del Tiempo, el Doctor no es
ya el mismo que fue transformado en Skaro para "no ser un dalek". Y la respuesta a su pregunta es dolorosa: "¿soy un buen hombre, Clara?". No lo sabe, no lo sabemos, Doctor. Pero todos hemos podido ver ahora, meridianamente, cómo sería un dalek con la moralidad y la pasión del Doctor: y no sería un buen Doctor. Sería un buen dalek. El Doctor estaba aterrorizado: "¡pero tienes que ver algo más dentro de mí!". La escena, hacia el final del episodio, es breve, pero el impacto es profundo y la actuación de Capaldi implacable, sobre todo si partimos de su altiva superioridad frente a la soldado del inicio del episodio: "sécate las lágrimas. Las lágrimas son para los civiles: es como nos comunicamos con vosotros"... que habían sido, por supuesto, invalidadas apenas un momento después por el ex-soldado Danny Pink, ahora profesor, llorando ante sus alumnos por la gente que había matado en acto de servicio.
Coal Hill School en 1963 |
Coal Hill School en 2014 |
Y sin embargo, no es una revelación nueva: pese a sus reticencias en The Parting of the Ways (2005) frente al Emperador Dalek y en Journey's End (2008) frente a Davros, en el episodio Dalek
(2005), sin la cabeza fría, ya habíamos visto lo que arde en el corazón
del Doctor cuando se refiere a sus mayores enemigos. Podíamos pensar
que se debía al dolor aún reciente de haber "perdido" Gallifrey a sus
manos. Pero ahora sabemos que hay algo más. Que ese odio comienza a ser
algo clavado en su alma, en su propio "cortex", en la definición de lo
que es El Doctor. Como lo es que, sea o no un buen hombre, lo intenta. Con todas sus limitaciones y su falibilidad.
Es probable que Rusty, esa constatación de las peculiaridades del proceso evolutivo que concibió Davros, vuelva a aparecer en el futuro: ¿seguirá aprendiendo? ¿Hacia dónde le llevará su contacto con la mente del Doctor? La senda que casi empezamos a caminar en Evolution of the Daleks (2007) y los daleks-señor del tiempo parece que tiene ahora una nueva oportunidad.
Referencias
Hemos
mencionado unas cuantas ya, a las que cabe sumar, por ejemplo, la
icónica imagen del soplete dalek abriéndose camino por los portones de
la base rebelde, y que recuerda a la primera aparición de los
alienígenas cuando perseguían al Doctor, Susan, Ian y Barbara por Skaro
en 1963 (The Daleks).
Narrativa y visualmente, incluyendo algunas imágenes promocionales, hay claros paralelismos con el episodio Dalek (2005), sobre todo en el tramo en que el ser se libera por la base rebelde y va exterminando soldados hasta que se conecta con un ordenador, en este caso no para hablar con Van Staten sino con sus congéneres.
Narrativa y visualmente, incluyendo algunas imágenes promocionales, hay claros paralelismos con el episodio Dalek (2005), sobre todo en el tramo en que el ser se libera por la base rebelde y va exterminando soldados hasta que se conecta con un ordenador, en este caso no para hablar con Van Staten sino con sus congéneres.
Evidentemente desde el cartel que abre este artículo se ve una referencia -que el propio Doctor nota- a la película Viaje Alucinante (Fantastic Voyage, 1966), pero el Primer Doctor ya se vio encogido por accidente en Planet of Giants (1964) y de manera más relevante el Cuarto en The Invisible Enemy (1977). La miniaturización y los anticuerpos también nos recuerda algo mucho más reciente: Let's Kill Hitler (2011).
Misterios
Por supuesto, tenemos una nueva aparición de Missy en este episodio, con otro personaje que acaba de morir, en la que vuelve a afirmar que aquello es el paraíso.
Pero lo que a mí me intriga de verdad es: ¿qué escribe el Doctor de Capaldi en su pizarra?
Pero lo que a mí me intriga de verdad es: ¿qué escribe el Doctor de Capaldi en su pizarra?
Ya lo vimos garabateando como loco con un pedazo de tiza la noche tras su regeneración en Deep Breath. Operaciones, cálculos, teorías... Parecía parte de la representación de su desquiciada mente; pero ahora esta ya asentado en su decimosegunda vida, y mantiene esa presencia, esa pizarra llena de cálculos, en su TARDIS. ¿Acaso ahora calcula los saltos de su nave y por eso atina con mucha más precisión en sus idas y venidas? ¿O es que está tratando de finalizar los cálculos de sus 12 antecesores para localizar Gallifrey?
Delicatessen visual
El surreal momento en que el equipo reducido entra en el Dalek a través del cristal ¿líquido? de su ojo.