22 mayo 2012

That's Entertainment (XIV): Filmzauber/The Girl on the Film

Filmzauber (1912)
Música y Letra: Walter Kollo y Willy Bredschneider
Libreto: Rudolf Bernauer y Rudolf Schanzer

Hay un tipo de farsa cantada que a finales del siglo XIX y principios del XX tuvo un cierto predicamento entre las clases populares berlinesas, el posse mit gesang. Y, aunque hoy estemos acostumbrados a lo contrario (películas que nos hablan de los avatares de una compañía de teatro), uno de los bombazos de 1912 fue una obra sobre el mundo del cine mudo, nacida por supuesto en una las mecas fílmicas del momento. ¿Hollywood? ¡Claro que no! Alemania.

Filmzauber (literalmente "mágia cinematográfica") se estrenó en Berlín en octubre de 1912, con Oscar Sabo como Adalbert Musenfett, el actor y productor obsesionado por rodar una biopic mudo sobre Napoleón, y la soprano Lisa Weise en el papel de Maria Gesticulata, una diva italiana. Rodeados, claro está, de una plétora de malentendidos (como los que provoca la fan nº 1 de Musenfett en su afán por separarlo de Gesticulata) y de humor un tanto grueso pero que era el alma de la escena alemana. Cargaba, además, contra los que defendían que el cine debía tener una mera función educativa a través del personaje de la amargada Euphemia Breitsprecher.

Fue todo un éxito de público, aunque no de crítica, llegando a superar las 300 representaciones. Algo habitual en Londres pero no en Berlín. Diversos productores comenzaron a fijarse en esta obra.

Grossmith y Wellen

The Girl on the Film (1913)
Música adicional: Albert Szirmai
Letras adicionales: Adrian Ross

No habían pasado ni siquiera 6 meses cuando el siempre avispado George Edwardes estrenó en el Gaiety de Londres una versión opereta de esta obra. The Girl on the Film incluía nuevas canciones, y el talento de los apreciados George Grossmith Jr., Connie Ediss y Emmy Wehlen.

Permaneció en Londres desde Abril a Diciembre, y en Navidad saltó a Nueva York, estrenando el Teatro de la Calle 44, donde tuvo un éxito más bien moderado y aguantó sólo hasta Febrero de 1914. Los americanos en especial encontraron que el humor de la pieza era de demasiada baja estofa para su gusto...

Pese a todo, en 1915 The Girl on the Film aún había de disfrutar de una gira muy poco común: la que la llevó por toda Australasia.
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Canciones memorables: "Unter'n Linden" y "Kind, ich schlafe so schlecht".

18 mayo 2012

El Doctor, en blanco

"Script to Screen" es una aventura educativa de la BBC que propone a los alumnos de escuelas primarias escribir el guión de un mini-episodio de Doctor Who. El guión ganador se llevará a la pantalla. El del año pasado se tituló Death is the Only Answer. Aunque se nota el origen escolar de la historia por todos los poros, no deja de ser todo un logro.


Este año, "Script to Screen" se ha anunciado de esta manera: atentos.



En un sólo ANUNCIO, además de al anterior "Script to Screen", Moffat ha conseguido hacer referencias a The Mind Robber (1968) del Segundo Doctor (que transcurre en el Vacío Blanco y la Tierra de la Ficción); Fear Her (2006) donde el Décimo Doctor lleva la antorcha olímpica de Londres 2012; y el mini episodio benéfico Time Crash (2007).

Brilliant! El próximo jueves podremos ver el mini-episodio ganador.

17 mayo 2012

Presentación en Gigamesh

Y mañana por la tarde...

¡...presentación en la Librería Gigamesh de Barcelona!

Será la primera presentación de Mil Monos, aprovechando el lanzamiento de la segunda edición de La Bendición de la Muerte Fatal. ¿Nos vemos allí?

That's Entertainment (XIII): The Sunshine Girl

The Sunshine Girl (1912)
Música: Paul A. Rubens & Arthur Green
Letra: Paul A. Rubens & Arthur Wimperis
Libreto: Paul A. Rubens & Cecil Raleigh

George Grossmith Jr. y Phyllis Dare
Londres se había acostumbrado a la dosis de teatro musical de la que le proveían los teatros Daly y Gaiety. The Sunshine Girl  es una producción de George Ewardes para este último y pasará a la historia como la obra que presentó el tango a los ingleses.

El argumento sigue los enredos habituales de la comedia eduardiana: el joven Vernon heredará la empresa de jabones de su tío si no se casa ni se promete en el plazo de cinco años; en caso contrario, se convertirá en una cooperativa en manos de sus trabajadores. Pero antes de que tuviera tales pespectivas de fortuna, Vernon había trabajado en la empresa sin que nadie conociera sus lazos familiares, y se enamoró de una de las ayudantes del departamenteo de perfumería. Para asegurarse de conseguirla por sí mismo y no por su fortuna, le pide a un amigo que se haga pasar por el dueño de la empresa en su lugar... lo que dará lugar a muchos problemas para ambos.

En el montaje original tenemos a Basil Foster, George Grossmith Jr. (el hijo de quien interpretara al Almirante en la primera producción de HMS Pinafore, 34 años antes) y Edmund Payne entre los protagonistas masculinos y a Phyllis Dare (que en 1909 originara el papel de Eileen Cavanagh en el estreno de The Arcadians), Connie Ediss y Olive May entre las actrices, muy destacadas todas ellas, por cierto, en la crítica del The English Review.


Al año siguiente, The Sunshine Girl saltó a Broadway, donde la estrenó el cuñado de George Grossmith, Vernon Castle, en el Teatro Knickerbocker.
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Canciones memorables: "I've had a trip on board of a ship" (conocida popularmente como "I've been to the Durbar"), "We Get Some Funny Cases to Attend to Nowadays", amén de los dos tangos de la obra, "Tango Argentine" y "Innovation Tango", obra de Arthur Green.

16 mayo 2012

Viejo amigo (III)

 CAPÍTULO I | CAPÍTULO II | CAPÍTULO III | CAPÍTULO IV 

   - ¿Y dices que el nombre se lo puso una niña?
   - Bueno, eso parece. En cualquier caso, y dado que hace lo que hace, no parece un mal nombre.
   Time And Relative Dimensions In Space. Técnico y ajustado, desde luego, para una máquina capaz de viajar por el tiempo y por el cosmos: TARDIS. Y lo había demostrado: aunque al Doctor parecía costarle dirigir el vuelo de la nave y acertar con precisión su destino (además, la columna central siempre gruñía al subir y bajar), habían visitado en rápida sucesión el Imperio Romano, la llegada del Hombre a Aldebarán y el agreste planeta Kinda.
   - Dimensiones relativas en el espacio -murmuró Kory.
   - ¿Sí? -inquirió con poco interés el Doctor.
   - Quiere decir que viaja por el espacio, claro, en las tres dimensiones relativas al tiempo.
   - ¿Ahá? -la invitaba a seguir, porque parecía que Kory estaba a punto de decir aún otra cosa.
   - ¿Hay más? -él rió de forma un tanto inquietante, pero invitándola de nuevo a continuar con lo que su intuición le susurraba-. Quiero decir, ¿hay más dimensiones?
   - Eres muy despierta.
   - Mi trabajo en Magpie Electronics tenía que ver con la búsqueda de patrones energéticos externos a las cuatro dimensiones.
   - Muy avanzado para principios del siglo XXI. En la Tierra, al menos.
   - Si muy avanzado y un absoluto fracaso -respondió frustrada-. Hablar de otras dimensiones sirve a nivel teórico y matemático, pero intentar encontrarlas y utilizarlas es harina de otro costal.
   - Hay otras dimensiones relativas, tanto en el espacio como en el tiempo. La dimensiones relativas en el tiempo son mundos que difieren del tuyo a partir de algún detalle. Los nazis ganaron la guerra, Kennedy no murió. Eso lo intenté, pero no hubo manera. Cuanto más se aleja ese mundo del "detalle", más distinto es, y más difícil viajar hasta él: esta TARDIS, por ejemplo...
   - ...viene de una dimensión relativa en el tiempo que se alejaba de nosotros.
   - Correcto. Las dimensiones relativas en el espacio son, por supuesto, las 3 que conoces, y otras por encima y por debajo que se solapan en muchas ocasiones con la nuestra.
   - ¿Por debajo?
   - Volumen sin anchura, por ejemplo. Largo sin existencia puntual. Y el Vacío, claro.
   - ¿El Vacío?
   - Lo que hay ENTRE las dimensiones.
   Kory se quedó pensativa:
   - Pero existen, entonces. Existen.
   - ¿Quién sabe? A lo mejor las encuentras cuando vuelvas.
   - ¿Cuando vuelva?
   - A Magpie. A la Tierra.
   - Oh. Claro.
   - ¿No pensarías que te iba a llevar siempre conmigo?
   - No, yo...
   - No sería justo. A veces es peligroso, Kory.
   - ¿Y por qué me...? -la confusión se apoderó de sus pensamientos. Iba a preguntar algo, pero no conseguía recordar el qué.
   - ¿Todo bien? -preguntó el Doctor.
   - Sí... Sí.
   - ¿Preparada para un último viaje?
   - ¡Que sea memorable!
   - Kory Parsons, voy a darte el viaje de tu vida...

   La TARDIS rugió a través del vórtice del tiempo, atravesado por rayos cronales, mientras un torbellino de energía azul la rodeaba. En otro lugar del vórtice, un hombre distinto había observado desde su propia nave toda la conversación entre el Doctor y Kory. Consultó unas coordenadas del panel de control y apagó el monitor.
   - No si yo puedo evitarlo.
(CONTINUARÁ...)
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15 mayo 2012

That's Entertainment (XII): The Arcadians

Y mientras en Nueva York nacían los Follies de Ziegfeld, ¿qué sucedía en Londres? En la capital británica, a principios de siglo, siguieron floreciendo los hoy llamados musicales edwardianos, llegando a sus máximas cotas con dos títulos: hoy hablaremos del primero, estrenado en 1909: The Arcadians.
Florence Smithson (Sombra), 1909

Ni siquiera el propio compositor, Lionel Monckton, creía que esta obra fuese a tener éxito. Una aventura fántástica, cuando estas comenzaban a desvanecerse del gusto del público, con faunos, hadas, ninfas y pastores, y un hombre de negocios que tras estrellar su avioneta intentará  llevar sus buenas costumbres a la falsaria sociedad moderna, con desastrosas consecuencias.

Pero bajo la dirección de Robert Courtneidge, que se estrenaba ante el público londinense, The Arcadians no sólo fue un éxito de público y crítica: los expertos la consideran la obra maestra del musical eduardiano, aquel que surgió en Inglaterra entre 1892 y 1916. Fusiona perfectamente la opereta y el music-hall, mostrando dos mundos distintos, del encuentro de los cuales estaba naciendo, ante los espectadores, algo nuevo.

En este caso el mérito hay que atribuirlo a todos los que participaron en la creación de la pieza: tanto los compositores, Lionel Monckton y Howard Talbot, como el letrista Arthur Wimperis y los tres autores del libreto, Mark Ambient, A. M. Thompson y Mark Courtneidge. Precisamente el conjugar tantos talentos redundó en beneficio del espectáculo, especialmente con el saber hacer de Monckton, que llevaba años dando pasos en ese territorio del nuevo teatro musical (recordemos que 10 años antes ya había estrenado A Greek Slave, y aún antes de eso, The Geisha).

Dan Rolyat, Phyllis Dare y Florence Smithson protagonizaron la producción original de 1909.
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Canciones memorables: "The pipes of Pan are calling", "Arcady is ever young", "I gotter Motter" y "All down Piccadilly"


Y recordad que encontraréis The Arcadians junto a muchos otros musicales en nuestra colección de cromos Ilustrum dedicada al primer siglo del teatro musical.

13 mayo 2012

Enter Mefisto

A algunos os tengo informados de la existencia y aventuras de la Patrulla Barna y de sus enfrentamientos (y ocasionales luchas mano a mano) contra su archienemigo, el Maestro Mephisto.

Pues bien: he aquí al villano, tras la última Crisis rebautizado como Maestro Mefisto:

 Armado con su fiel Vara de Condenación, el Maestro Mefisto ha sido una y otra vez la espina clavada en el costado de la Patrulla Barna, pero la ciudad condal no ha sido nunca su único objetivo. Mefisto trabaja dentro de las fuerzas oscuras del Universo DC y en ocasiones se traslada a Metropolis con malvadas intenciones.

Mode "evil intentions": On. BWAH-HAH-HAH!
Una de sus primeras villanías, bajo el patrocinio de la pérfida Circe, ha sido la transformación de inocentes ciudadanos de Metrópolis en Demonios de Ira para ayudarle en su enfrentamiento a los Guardianes de la Luz.
"No te va a doler. Vale, he mentido"
"Los ciudadanos de Metrópolis ya vais quemados, esto ha sido fácil"
"Aquí los Guardianes, aquí unos amigos. Pateadles el culo, chicos"
Se dice incluso que Maestro Mefisto ha encabezado un asalto contra la sede de los Centinelas de la Magia que ha culminado con la derrota del mismísimo Doctor Fate luchando codo con codo junto al Hermano Sangre de Zandia.
"Poder. Sí, puedo sentirlo..."
Hermano Sangre, impresionado, le ha regalado una nueva armadura a Maestro Mefisto, que luce en la imagen inferior.

 
Les avisamos de su extrema peligrosidad y de su dominio de diversas artes oscuras que incluyen maldiciones de todo tipo, polimorfización en animales inofensivos y rayos arcanos de poder considerable. No intenten detenerlo en solitario; repetimos, no intenten enfrentarse a Maestro Mefisto ustedes sólos: si le ven, llamen a la Liga de la Justicia, pónganse en contacto con Madame Xanadú o, si tienen ocasión, localicen a la Patrulla Barna.

Están ustedes avisados...



10 mayo 2012

That's Entertainment (XI): The Ziegfeld Follies

Hubo un visionario que, entre la revista de clase alta y el espectáculo de Broadway que aún había de llegar supo crear un mundo de lujo y estilo: el hombre era Florenz Ziegfeld, y ese mundo (en homenaje al Bergere de París) sus "Follies".
Florenz organizando un cuerpo de coristas
Entre 1907 y 1931, muchos de los mejores "entertainers" de su tiempo pasaron por estas revistas anuales: W.C. Fields, Eddie Cantor, Josephine Baker, Will Rogers, Sophie Tucker...
Las Albertina Rasch Dancers en el último Ziegfeld Follies
Pero si algo caracterizaba estos espectáculos eran las chicas, las "Ziegfeld girls", grandes conjuntos de hermosas coristas vestidas con elaboradas piezas de importantes diseñadores. Aparecieron entre 1917 y 1925, a propuesta del diseñador Ben Ali Haggin, y no interpretaban: subían y bajaban interminables tramos de escaleras, con la última moda, vestidos de fantasía o disfrazadas de bellos pájaros o incluso de navíos de guerra. Durante 16 años, el diseñador escénico de los Follies fue Joseph Urban, y el reto de cada temporada era superar lo que ya se había hecho. Renovarse, ir más allá, sorprender siempre al público fiel. El circense "más difícil todavía" llevado a la revista.
La hermosa Muriel Finlay fotografiada por Alfred Cheney,
retratista de todo aquel mundo
Actrices como Barbara Stanwyck o Lucille Ball fueron en su momento chicas Ziegfeld. Las películas The Great Ziegfeld (El Gran Ziegfeld, 1936), ganadora del Oscar, y Ziegfeld Follies (1945), intentaron contagiar a las generaciones siguientes la fuerza que en su momento tuvo la visión de Florenz.