Es el final, pero el momento ha sido previsto. ¿Acierto o desconcierto? ¿Cambio de rumbo o finale sin rumbo? el último capítulo de Doctor Who de esta temporada (el próximo llegará en Navidad), "Death in Heaven", ha vuelto a levantar división de opiniones entre los seguidores de la serie: los hay que lo comparan desfavorablemente con otros finales de temporada anteriores, los hay que lo miran con buenos ojos en relación con los otros episodios del año, quien ha quedado sorprendido ante las decisiones tomadas, ante lo que ha quedado en el aire o ante lo que parece haberse dicho claramente.
Y es, en general, una buena señal. "Death in Heaven" no es uno de esos capítulos diseñados para gustarle a todo el mundo. Es un episodio con una estructura que se debe a su razón de ser, que deja un poco aparte los convencionalismos, pero no demasiado, y se centra en dibujar un entorno, una textura, y explicar la historia de dos parejas trágicas: la de Danny y Clara y la de Missy y el Doctor.
"Death in Heaven" insiste en algo que no me cansaré de decir: Doctor Who no es, por lo general, la historia del Doctor, sino la historia de su acompañante. No ha sido siempre así, claro: lo fue con el Primer Doctor, especialmente con Ian y Barbara, lo fue a veces con el Tercer Doctor (especialmente en las tramas concernientes a Liz Shaw, Mike Yates y finalmente incluso Jo Grant); y de nuevo sin duda con Ace y desde ella con todas las que siguieron: Grace -en menor grado-, Rose, Martha, Donna, Amy y Rory, Clara, e incluso con los de las que no llegaron a serlo del todo, River, Jackson Lake, Astrid... Y lo hace con un sutil cambio sobre esa norma no escrita, haciendo que el capítulo no sólo tenga una trama que involucra al Doctor y otra a su acompañante, sino que ambas tramas acaben siendo la misma no sólo por necesidades argumentales sino emocionales e incluso fundamentales.
LOS CYBERMEN
Aunque el episodio anterior que daba paso a este nos había dejado con dudas, a medida que va avanzando el episodio vemos que Missy ha utilizado como base de su plan a los Cybermen sólo como tecnología. Es decir, los Cybermen que aparecen aquí no son los de Mondas, los de Telos, ni los del universo alternativo. Son una mera razón técnica, una suerte de Daleks de Missy: su refundición del ser humano para convertirlo en el soldado definitivo. Donde los auténticos Cybermen eran el resultado de una especie en vías de extinción por sobrevivir, renunciando a todo lo que hiciera falta, y los de Cybus un intento por actualizar la raza humana liberándola de sus limitaciones, lo que Missy construye no es más que una herramienta para otros fines. Soldados que conviertan a sus víctimas en nuevos reclutas (en los audiodramas de Big Finish tenemos últimamente a un enemigo gaseoso que cumple ese mismo papel zombie, la Eminencia).
Y sin embargo, pese a las escenas de manos emergiendo de las tumbas y golpeando frigoríficos de la morgue, los Cybermen que vemos en tierra no parecen amenazadores en casi ningún momento. Los primeros que vemos huyen volando (para comenzar su cyberpolinización). Los del interior de la Catedral son engañados por Clara y destruídos por Danny. Y los del cementerio, si tienen una cualidad, esa es patetismo. Siguen siendo conciencias humanas devueltas a una vida para la que ya no están preparadas y que han sido decompuestas y reordenadas para cumplir con los patrones que necesita Missy: mera funcionalidad. En la fría ejecución de este plan, aunque estemos hablando del Amo, se vislumbra casi la mano de la Rani: lo que ha hecho es realmente terrible, con un alcance dramático, pero para ella no es más que un peldaño más, un medio justificado por su fin.
UNIT Y EL PRESIDENTE
La revelación de que los gobiernos de la Tierra han acordado que en caso de crisis extrema el poder de los ejércitos mundiales ha de ser puesto bajo el mando del Doctor es realmente impactante; especialmente si tenemos en cuenta que muy probablemente eso indique que, si hubiera estado en la Tierra durante los eventos de Torchwood: Children of Earth (2009), hubiera tenido que ser él quien tomara la decisión respecto a las 456... en lugar de Frobisher, interpretado también por Capaldi. Da la impresión, como el hecho de que los agentes estuvieran preparados en la calle o los archivos que mantienen sobre "todos los primeros ministros", que esta UNIT aprende de sus errores y de su tradición, que mantiene viva la trayectoria que ha desarrollado desde "The Invasion" en 1968, cuando fue fundada por el Brigadier. De hecho, no se llega a echar de menos a Torchwood: ¿para qué, si estamos tratando con The Real Thing?
El Doctor huyó una vez de Gallifrey para no tener que asumir la Presidencia (en "The Five Doctors", 1983, tras haberla ganado en "The Deadly Assassin", 1976, creo que nada casualmente dos aventuras en las que el Amo y la corrupción de los poderosos tiene un papel muy relevante); y en su refugio, el planeta al que puede llamar hogar, la historia se repite.
Es llamativo que el Doctor no llegue a emprender ninguna acción ni da ninguna orden relevante en el rato que detenta el poder en el Boat-One, y las circunstancias nos recuerdan de nuevo a "The Invasion", otro serial donde los Cybermen y UNIT son importantes (y donde también aparecen junto a la catedral de St. Paul), sobre todo a las secuencias en las que el Segundo Doctor trabaja en el laboratorio oculto en unos vehículos de la organización mientras los villanos desarrollan sus planes. Excepto que aquí el laboratorio está ocupado por la malograda Osgood, víctima propiciatoria para demostrarnos lo perversa y enloquecida que es esta encarnación del Amo.
(A los que mantienen la esperanza de que esta Osgood fuera el Zygon, lamento recordarles que sólo la Osgood de verdad necesitaba de su inhalador, según vimos hace un año en "The Day of the Doctor", 2013)
CLARA Y DANNY
Como mencionamos la semana pasada al hablar de "Dark Water", Danny Pink se sacrificó por Clara para que ella no siguiera sus pasos y le fuera a buscar al Más Allá. Esta semana, Danny sigue en su esfuerzo final por mantener a salvo a Clara tanto como pueda, incluso después de muerto, pero al mismo tiempo necesita de la ayuda de ella para liberarse del terrible sufrimiento de su conciencia de lo que es y de lo que le está pasando.
Cuando el Doctor entra en la ecuación, en uno de los momentos que lo dejan más vulnerable en toda su historia, Danny se reafirma como personaje y como persona frente y contra lo que significa el Doctor. El PE contra el Oficial. La humanidad contra la ventaja táctica. El buen hombre contra el hombre que hace lo que tiene que hacer, el hombre que debe escoger la menos mala de todas las opciones. Missy triunfa por una vez en su plan, pero no es ella quien derrota al Doctor: lo derrota Danny Pink.
Es por eso justo que sea Danny Pink quien finalmente resuelve el problema, quien descarga del Doctor la responsabilidad en un momento en el que se había convertido en general de los ejércitos no-muertos de la Tierra (como antes en general de todos los vivos: durante algunos instantes el poder del Doctor es tan absoluto como no lo había sido desde que completara la Llave del Tiempo o albergara momentánemente la energía del Vórtice). Y posteriormente, cuando él hace lo mismo por Clara, asumiendo la responsabilidad de matar al Amo de una vez por todas para que no recaiga en ella, es su mejor amigo quien le saca las castañas del fuego: nada menos que el Brigadier. Ha sido un largo camino desde luchar contra los Cybermen hasta convertirse en uno, pero una de las cosas que ha mantenido juntos a ambos héroes durante todos estos años ha sido precisamente pararle los pies al Amo. Más allá de su último aliento era justo no sólo que el Brigadier le quitara ese peso de encima al Doctor, sino que fuera él mismo quien se encargara de hacer lo que debería haber hecho hacía mucho tiempo (aunque todos sepamos que está en la naturaleza del Amo volver de entre los muertos y sin demasiadas explicaciones). Él es la esencia de la victoria del amor, del que quiere proteger, del que viaja junto al Doctor.
Volviendo a Clara y Danny: la manera en que su historia se ha ido articulando durante toda esta temporada, desde los titubeos iniciales al "vodevil" de engaños y puertas que se abrían y cerraban, llegando al replanteamiento serio de "In the Forest of the Night" y finalmente a la tragedia y el drama de estos dos últimos episodios, parecen mucho más orgánicos, más creíbles, más reales que la mayor parte de otras historias de amor que hemos visto en la serie. Han tenido un desarrollo más anodino, si se quiere, más convencional e incluso más aburrido; pero la fuerza que han ido generando y acumulando de cara al tour de force final no viene de una grandiosa historia previa sino de la fuerza de carácter de ambos personajes, de cómo les hemos vistos enfrentarse a sus defectos y cómo han ido avanzando pese a ellos y junto a ellos.
El título del episodio es, por tanto, un spoiler de lo que le va a ocurrir a Danny: morirá en el cielo al hacerse estallar junto a los otros Cybermen y morirá finalmente al agotarse la energía del Cielo, en ese Más Allá tecnológico urdido por Missy dentro de un disco duro Gallifreyano. Y al mismo tiempo una metáfora de lo que les ocurre a él y a Clara: la muerte cuando llegaba lo más dulce.
EL DOCTOR Y MISSY
La otra pareja de esta aventura es la que forman el Doctor y el Amo, en su actual encarnación de Missy. La relación de ambos se desarrolla más que nunca en esta historia, y pese a los cambios en ambos y la locura que embarga a la villana ("bananas!" -pero recordemos también la mirada perdido de Saxon tras gasear a todo su gabinete), resulta un peldaño muy lógico y muy deudor de lo que descubrimos en "The Sound of Drums" (2007), "Last of the Time Lords" (2007), y "The End of Time" (2009-2010). Como hemos dicho, es llamativo que esta vez el Amo vence -al menos en su plan inicial, al menos hasta que le cede el control al Doctor y él renuncia a la tentación-. Es difícil comprender cómo podría a partir de ahora no lograr sus fines si siempre empleara tácticas tan imparables como estas, y ciertamente el episodio deja un cierto sabor a uno de los "pecados" más comunes de la serie moderna: plantear un peligro tan, tan terrible que realmente el guionista no sabe como salir de él de manera elaborada e integrada en el episodio y debe recurrir a un deus ex machina o a una solución algo tomada por los pelos. En este caso la solución es integral al episodio y a su mensaje sobre el valor de los compañeros del Doctor, pero no deja de ser un tanto extrínseca, y por tanto algo menos satisfactoria.
EL DOCTOR Y CLARA
Tanto Peter Capaldi como Jenna Coleman tienen oportunidad en este final de temporada de mostrarnos facetas distintas de su visión del personaje. Jenna quizás consigue con Clara resumir todo lo que ha sido para ella esta Series 8, extrayendo lo mejor de lo que sabe sobre el Doctor (un guiño a que no ha olvidado lo que vivió en "The name of the Doctor", 2013) y lo mejor de lo que sabe sobre sí misma (mentir para sobrevivir, esencialmente, imitando al Doctor como hiciera en "Flatline"). Al Doctor lo vemos desarmado y humilde como en pocas ocasiones, rendido y vencido, y por un momento realmente tentado por la oferta de Missy.
Lo que nos lleva a la terrible escena final, a ese abrazo que es toda la reunión en la cafetería en la que los dos personajes se mienten descaradamente para impedir descarnarse con la cruda realidad, en la que se mienten tan bien que se pierden. Qué curioso que el Undécimo Doctor y Clara también pasaran por una cafetería en su primer encuentro, en "The Bells of St. John" (2013), con un falso Doctor robótico, en aquel caso, y con una Clara que quedaba atrapada en la red, como finalmente le ha ocurrido a Danny. Clara mantiene la mentira de que esta feliz con su Mr. Pink porque sabe por experiencia que, sin cuerpo y habiendo gastado el brazalete de Missy, el Doctor no puede rescatarle y sería sumarle una nueva carga sobre sus hombros.
Y el final también nos lleva a ese momento de nueva derrota y furia cuando el Doctor descubre el engaño de Missy y golpea una y otra vez su TARDIS (y tal vez, fuera de plano, viaja al pasado para salvar el planeta junto a sus 12 encarnaciones anteriores): creo que nunca, ni en los momentos más difíciles para el Noveno o el Décimo, habíamos visto al Doctor tan incontrolablemente furioso.
BROCHE
BROCHE
"Death in Heaven" no es un capítulo magnífico, pero es un magnífico cierre para la Temporada 8 de Doctor Who, coherente con sus inicios y finales, con su desarrollo y con su trasfondo. Pueden hacerse muchas lecturas de la Temporada en su conjunto pero creo que uno de los adjetivos que hay que otorgarle es el la consistencia: haya o no epílogo navideño para la historia de Danny y Clara, esta temporada puede verse de principio a fin y cuenta una historia y una evolución.
Creo que, con sus aciertos, con sus errores también, con sus preguntas en el aire e incluso con sus contradicciones, "Death in heaven" culmina la confirmación de que, pese a las dudas, Steven Moffat no sólo es un gran guionista de Doctor Who sino también un gran showrunner.
Long live to the Doctor!
ACTUALIZACIÓN: Álvaro Cordero me ha hecho ver en Facebook que tanto la Oswin humana como la Oswin zygon son asmáticas, y que yo había malinterpretado la secuencia de eventos de su enfrentamiento en The Day of the Doctor. De manera que, tenéis suerte: la asesinada aún podría ser la zygon (12 de noviembre).
ACTUALIZACIÓN: Álvaro Cordero me ha hecho ver en Facebook que tanto la Oswin humana como la Oswin zygon son asmáticas, y que yo había malinterpretado la secuencia de eventos de su enfrentamiento en The Day of the Doctor. De manera que, tenéis suerte: la asesinada aún podría ser la zygon (12 de noviembre).