Hay muchas cosas buenas que puedo deciros de "Kill the Moon", el último episodio de Doctor Who que ha estrenado la BBC. La primera de todas es que Stuart Manning sigue haciendo un trabajo excelente a la hora de plantear sus carteles retro de los capítulos para Radio Times.
Más allá de eso, podemos afirmar que "Kill the Moon" nos ofrece una oportunidad de oro para descubrir que el Doctor, como dijo en "Deep Breath", piensa empezar a hacer algo respecto a los muchos errores que ha cometido en su vida. Su decisión en este episodio es una respuesta directa a las que tomaron su Décima encarnación en "The Waters of Mars" (2009) y la Undécima en "The Beast Below" (2010). Tal vez su enfrentamiento con Danny Pink en el capítulo anterior le ha hecho recordar que no sólo es un viajero, un aventurero y un héroe, sino que, sí, por supuesto, también es un Señor del Tiempo. En ese sentido, y aunque a Clara Oswald le suene a paternalismo, el Doctor hace lo que tiene que hacer como alienígena repsonsable -¡por una vez! Pero sería aburrido si lo hiciera siempre- y deja a los humanos tomar las riendas de su propio destino. Podríamos incluso decir que "The Waters of Mars" y "The Beast below" son consecuencias directas de la decisión de no intervención que toma el Doctor en este "Kill the Moon".
Todo ello nos lleva aún más al pasado, a la etapa de Tom Baker: a "Underworld" (1978), el serial en el que descubrimos porqué los Señores del Tiempo establecieron su política de no-intervención (y que también tiene que ver con planetas huecos). Y a "Genesis of the Daleks" (1975): el Doctor tuvo un momento decisivo al final de ese serial, poniendo en la balanza el futuro de millones de vidas frente a la ejecución de un ser aún no-nacido. Aquí le toca a la Capitana Lundvik y a Clara tomar esa decisión ("do I have the right?"), que intentan transferir democráticamente (o por cobardía) a la Humanidad, pero que eventualmente toman ellas mismas. Concretamente Clara. Por lo que el Doctor está influyendo sin influir... Porque como el Séptimo Doctor afirma en "Remembrance of the Daleks" (1988) -una de las historias que son consecuencia directa de "Genesis"-:
"Los Daleks tienen una nave nodriza ahí arriba capaz de borrar este planeta del espacio. Pero incluso ellos, implacables como son, se lo pensarían dos veces antes de hacer una alteración tan radical en la línea temporal."
A Clara esa actitud del Doctor, que como hemos dicho ella califica como paternalista, no le gusta. No le gusta en absoluto. En el fondo su actitud esconde un rechazo a la responsabilidad extrema a la que la ha sometido (Rory tampoco se lo tomó bien en "The Girl Who Waited" (2011)); tiene el punto de realismo que también comparte Courtney Woods de querer irse a la Tardis hasta que pase el peligro, de querer irse a casa cuando las cosas se ponen feas. El motivo por el que pocos de nosotros aguantaríamos más de un viaje con el Doctor y por el que Tegan Jovanka le abandona en "Resurrection of the Daleks" (1984). Bueno, Clara, no digas que el Doctor no te avisó ya en Akhaten: "nosotros nunca salimos huyendo". Parece que no habías caído en que el "nosotros" podía tocarte también a ti...
En el meóllo de la cuestión está partir de un ambiente típico de película de terror espacial -el monstruo que acecha en una base "abandonada" llena de cadáveres- para meternos en consideraciones mucho más terrenales y polémicas que podrían ir desde el derecho al aborto, las consecuencias de la democracia en manos de la masa aterrorizada, el cambio climático, la importancia de la exploración espacial, y otras tantas similares. Por muchas pegas que se le puedan dar a sus respuestas, lo que está claro es que plantea preguntas interesantes a las que cada uno de nosotros podría dar respuestas diferentes que el que tiene al lado.
La resolución final sobre lo que esconde realmente la luna mantiene un diálogo interesante con "Doctor Who and the Silurians" (1970), "Cold Blood" (2010) y "Dinosaurs in Space" (2012): los silurianos dejaron la Tierra o se enterraron bajo ella por miedo a que el planeta colisionara con otro que su gravedad había capturado, y que acabó siendo la Luna... y que ahora ha acabado resultando ser el huevo de una criatura espacial sin parangón.
En el aspecto sentimental, hay quien le echaba en cara a Danny Pink -ya en "The Caretaker"- que es muy poco saludable poner una condición como "si no me lo cuentas todo, hemos roto". Pero hay que partir de dos premisas:
1) que hasta el momento Clara le ha mentido en aspectos muy importantes, e incluso peligrosos, de lo que pasaba a su alrededor, y que desde el punto de vista de Pink se está lanzando un poco a ciegas en esta relación. Pink necesita poner unos límites y dejarlos claros;
y 2) que no todas las relaciones de pareja tienen la profundidad y el "hasta la muerte" de la de Rory y Amy. Hay otras que son más convencionales, más de culebrón cotidiano; con sus cutreces y sus imperfecciones.
En este "Kill the Moon" tenemos una continuación directa de esa conversación del capítulo anterior, y vemos que Danny está pensando tanto en el bienestar físico y emocional de Clara como en sus necesidades complejas de combinar normalidad y aventura. Danny no aprovecha el "calentón" de la señorita Oswald para alejarla del Doctor, sino que le recuerda precisamente que está enfadada, que no está viendo las cosas en perspectiva, y que dejar algo que te apasiona sólo porque has tenido un mal día no es justo con los demás ni con uno mismo. Y con algo tan pequeño como es su escena con Clara, su personaje sigue creciendo poco a poco y ganando tridimensionalidad.
Por diversos motivos, "Kill the Moon" tiene números para ser un entretenido capítulo de Doctor Who, apropiado tanto para los que quieren una historia llena de tensión a lo Alien como para los que esperan algo más.
Aunque... esto es sólo media review. Si con esto te basta, no continúes hasta la segunda mitad porque la cosa va a ponerse fea...
Grandes momentos: la referencia a "Let's kill Hitler". Las dudas del Doctor sobre si, en su estado actual, podría seguir regenerándose permanentemente.
Diálogos memorables: "Te voy a dar un guantazo tan fuerte que te vas a regenerar".
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