En una temporada donde no faltan los momentos sentimentalmente potentes, "Separadas por el tiempo" dispara varios tiros emocionales a bocajarro. Escrito a tres manos por Diana Rojo, Carlos de Pando y Javier Olivares y dirigido por Abigail Schaaf, el episodio es complejo, saltando entre cuatro o cinco momentos temporales distintos, y atrevido: más allá de tratar el tema de la Vampira del Raval, aprovecha los 70 minutos con los que cuenta para perfilar la existencia de Las Sin Sombrero, denunciar y cohesionar diversas tramas de tráfico infantil, permitirnos un primer vistazo a la vida de Salvador Martí, presentar al hijo Youtuber de Ernesto e incluso reclutar a una nueva agente del Ministerio. Oh, y borrar la tumba de Amelia, aunque eso los espectadores ya lo sabíamos desde Filipinas.
María Rodríguez Soto retoma y culmina el papel de Enriqueta Martí, que ya conocimos en "Tiempo de magia" como la criada de los Folch y que aquí se desdobla entre la versión joven que ha sido despedida en secreto por Amelia tras robar la cubertería de plata y el "monstruo" futuro en el que se convertirá, la temible "Vampira". Guion, dirección, vestuario, maquillaje e interpretación se encuentran de manera formidable para hacer creíbles los diferentes estadios y aspectos del personaje, y redundan en una emotividad creciente que estalla en los pasillos cuando la ex-criada le pregunta a la vampira: "¿quién eres?". El personaje, contra todo pronóstico, se resiste a ser lo que la historia dice de ella, y defiende con uñas y dientes su humanidad, si hace falta incluso contra ella misma.
Cuando decía que este es un capítulo valiente me refería también forma parte de una serie de episodios de la temporada que abordan la cuestión de los prejuicios: en "Separadas" será la leyenda negra de Enriqueta, que incluso el Ministerio da por cierta, y su realidad de víctima, de una más de los pobres de este país que sufren, como los soldados de Filipinas. En el siguiente episodio, "Tiempo de lo oculto", serán los tópicos regionales y sobre los funcionarios, esta vez tomados a guasa. En lo que respecta a la Vampira, el capítulo aprovecha esas preconcepciones para presentarse como una historia de miedo, con la peor asesina de la historia española suelta, precisamente, por la historia; pero eso es justo lo que le sirve para trazar paralelismos entre ladrones de niños y huérfanos en distintos momentos.
La voz cantante de la historia secundaria, aunque finalmente resulten ser la misma, la lleva Alexandra Jiménez. Ella es Julia Lozano y Teresa Méndez, una profesora en el presente y una de las Sin Sombrero más desconocidas en el pasado, elemento catártico de una intriga entre Doctor Who y Brian de Palma, con hipnosis incluída. Repite otro de los temas de la temporada, el del doppleganger, que ya se tocó en su vertiente épica con el episodio del Cid, y que en cierto modo también estaba presente en el capítulo del otro asesino intertemporal, "El tiempo en sus manos". Igual que ocurre con las dos Enriquetas, Julia/Teresa representan lo que nos ha sido arrebatado con el paso de los años y como pese a la distancia temporal sigue influyendo quienes fuimos en quienes somos, y viene a sumarse a la gran corriente de "lo que hemos perdido" que fluye por toda la serie.
Póster de Míkel Navarro |
Entre dos episodios más cómicos, "Separadas por el tiempo" es un capítulo dramática e históricamente muy potente que cumple con las tesis troncales de la serie, salvaguardar la historia pero, al mismo tiempo, descubrir a las personas humanas que hay tras ella, defender a los perdedores y dignificar a los olvidados. Y es televisión emocionante: es decir, de la buena.
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