09 mayo 2008

House, el periodista (I)

Ha sido una semana infernal: infernal al estilo Dante, eso sí. Es decir, una espiral descendente hacia cotas cada vez mayores de locura que, de pronto, se dan la vuelta y finalizan en un purgatorio que es promesa de paraíso.

Eso, pero con menos poesía y más narizonismo.

Me explico: hemos tenido problemas tremendos con la emisión de nuestra televisión que sólo veían los demás (sí, como si fueran un gorila verde), justo en la semana que iniciábamos nuestra gran conexión nocturna con varias decenas de televisiones locales (algunas con vampíricas ansias de destriparte) y con los ojos de un par de televisiones autonómicas fuertemente clavados en nuestro cogote. Lo hemos revisado todo y nada cuadraba: soluciones de emergencia, problemas accesorios que se convertían en irresolubles, actuaciones desesperadas, llamadas, correos, mensajes, horas y horas extra buscando lo que se nos escapaba, cambiando cables, equipos, conexiones, programas, ordenadores enteros... hasta vino un chico que realizaba una tesis sobre platós virtuales porque el nuestro era algo incomparable... de raro. Creo que se fue con la impresión de que aquello no necesitaba un técnico sino un exorcismo.

Y ahí es donde esta tarde me he planteado: "utiliza el frikismo, Luke". Sólo que en mi cabeza, claro, no lo dice Alec Guiness sino Marlon Brando a lo Jor-El. Y he decidido hacerle caso al maestro Cels Piñol y utilizar los sabios consejos de... Gregory House.

Enfermedad única, pizarra, diagnostico comparado, sospechas de lupus, exposición compleja (pero la única que resuelve todos los posibles errores), comprobación in-extremis y resultado no-del-todo-satisfactorio-pero-que-elimina-lo-imposible-del-problema-original... y que sobre todo le permite a Cuddy pronunciar sus palabras preferidas: "no es culpa nuestra".

Os informo en el próximo mensaje: esto era sólo el teaser, hombre...

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