20 enero 2010

Eavesdropping*

Hablaban de libros, estaba claro. Sé cuando alguien habla de un libro, a menos que se trate de alguna serie de televisión de desarrollo intrincado y personalidades puestas a prueba (como Perdidos o los finales de temporada de Doctor Who) y en este caso lo había descubierto antes de que pronunciaran la frase que empezaba "me leí...". Fue tal que así:

ÉL: Me leí la primera parte, como 40 ó 50 páginas, y ¡buf...!

ELLA: Esa parte se hace pesada. Los nombres de las familias y de los sitios y las montañas...

ÉL: Sí, pero luego ya estás metido en la historia. Se me hace fácil. Y las películas lo ponen como te lo imaginas.

ELLA: Bueno, sí, pero luego hay una cagada.

EL: El otro día me leí El Hobbit. Es diferente, más fácil, los capítulos hacen bloques como si...

ELLA: ...como un cuento. Pues, ¿has leído El retorno del rey?

ÉL: Me quedan 40 páginas.

ELLA: En la película han hecho una cosa que dices "fatal".

ÉL: ¿Se han saltado algo?

ELLA: Pero muy gordo. Es que el final no tiene nada que ver. Y además dejan un cabo suelto tan gordo...

ÉL: Ya me fijaré porque no... ¿En qué capítulo?

ELLA: Es... Oh, no me acuerdo del título...

En este punto yo llevaba ya rato tratando de sujetar la lengua porque tengo la mala costumbre de intervenir en este tipo de conversaciones ajenas. Quería coincidir, discrepar con ellos, decirles que el capítulo era "El saneamiento de la Comarca", que Peter Jackson lo eliminó con conocimiento de causa, en una de las pocas decisiones "contra" el libro asumida por el tono que, personalmente, quería dar al final de la historia (triunfo sin medias tintas) y por las restricciones de tiempo. Que igualmente hay un homenaje en el ensueño de La Comunidad del Anillo en que vemos la posibilidad de un Sauron triunfante. Indignarme por la indecorosa eliminación de Saruman del montaje estándar de ERdR, porque no respeta a Christopher Lee e insulta al espectador que sigue el argumento; pese a todo, informar que el fin de Saruman y Grima los vemos en la edición especial.

Conseguí retenerme por una vez. Enseguida charlaban de otra novela, contemporánea, localizada en una playa. El dragón volvió a ponerse a dormir...

* Ingl. Dícese de los diálogos que uno oye sin querer, del acto de escuchar una conversación ajena de manera fortuíta, meramente por estar en el sitio adecuado en el momento justo.

No hay comentarios: