El capítulo XIX de “1387” ha sido hasta ahora el que más me ha costado. Otros me han enfrentado a cambios, retoques, ampliaciones o descartes, pero ningún otro capítulo como el XIX me ha llevado tan de cabeza. Es el punto de contacto entre dos momentos totalmente diferentes en el desarrollo de la historia: ya se ha acabado algo y está a punto de empezar algo más, y ese antes y ese después los tengo muy claros desde hace tiempo, pero necesitaba darle una entidad y un contenido a ese punto de inflexión.
Lo encontré hace dos días, y desde entonces todo ha sido mucho más fácil: el XIX es un capítulo que tiene algo de epílogo y de prólogo, que cierra y que abre temas y espacios. También tiene un tanto de anticipación oscura y puede que a más de uno le desespere que pasen tantas y a la vez tan pocas cosas en él. Todo tiene su motivo, el ritmo también; incluso el gimmick utilizado para llevar adelante la trama.
Hasta nuevo aviso, me pongo con el capítulo XX, que probablemente llevará por título "El muy afortunado Capitán Artemi".
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