En las últimas semanas, los fans de El Ministerio del Tiempo nos hemos volcado para conseguir que la serie tenga una segunda temporada y nos hemos alegrado cuanado esta se ha confirmado. Hasta que eso ocurrió, defendimos lemas, inundamos la red, hicimos proselitismo y nos encargamos de tener a tanta gente ante la pantalla como fuera posible, fuera la del ordenador, la tablet, el móvil o el televisor, para que la viera.
Bueno, y después de que se confirmara, también.
Somos así, los fans. Y especialmente, quizás, los fans del Ministerio: cada uno a nuestra manera personal, pero le hemos cogido cariño, aprecio y admiración, rápidamente. Nos ha inspirado para crear, a algunos. Nos ha conectado con otros ministéricos. Nos ha movilizado para dar nuestra opinión, nos ha mimado con contenido extra, nos ha hecho revisar cada martes las audiencias.
¡Ah, las audiencias! Dejando aparte la discusión de si una televisión pública tiene que buscar la audiencia además de la (¿etérea?) calidad, está claro, y si ahora no lo vemos claro, quedará claro dentro de algunos años cuando se analice todo este fenómeno, que El Ministerio del Tiempo plantea ya una redefinición del modelo tradicional de medición de audiencias. No valen sólo los 4625 audímetros instalados en España para extraer conclusiones: es un sistema, desde luego, que ha servido durante muchos años y en muchas circunstancias, pero que ante la evolución de la forma de ver la televisión, con quién, cuándo, cuántas veces hacerlo o directamente la edad y características particulares de su audiencia, se queda pequeño. Diversos medios sacan conclusiones de los datos, los interpretan más o menos honestamente, tratando de ver patrones, de entender lo que ocurre. Algunos, quizás, conocedores de su calidad pero despreciando el buen gusto de los espectadores, la dan por fracasada porque es lo que esperan, porque encaja con su modelo preconcebido de que "este país no se lo merece". O de vaya usted a saber qué...
Las audiencias: ¡ah, las audiencias! Hay otros baremos, claro: la gente habla de la serie. Puedes preguntar incluso a gente que no la vé, y sabe perfectamente de qué le estás hablando. Hay TT semanales, por decenas. Yo os voy a dar otro tipo de datos de audiencia, mucho más discretos: los míos. Los que puedo recabar personalmente. Y no me refiero a mi casa, donde la vemos todos (los 4 que somos), sino a este blog.
Podríamos dividir la trayectoria vital de "Look! Up in the Sky!" en tres momentos: en el primero era un blog puramente personal. Escribía sobre lo que veía, lo que se me ocurría, mis partidas de rol, mis lecturas, las noticias que me llegaban: esa etapa va desde el nacimiento de la página, en 2005, hasta aproximadamente marzo de 2009. No quedan muchos datos de visitas de aquel entonces, pero rondaban las 500-600 al mes.
A partir de abril de 2009 empiezo a escribir con cierta asiduidad sobre Doctor Who. En cierto modo, sigo en esa etapa, pero a efectos de esta investigación excluiremos el mes que acaba de terminar de ella: por tanto, llegaría hasta febrero de 2015. El mes que más páginas se vieron en este blog fue noviembre de 2013, cuando para celebrar el 50º aniversario de la serie británica escribí un artículo cada uno de los 50 días previos. Fueron 5.248 las páginas leídas aquel mes, y hasta ahora se mantenía como el récord del blog.
Y ahora miremos a marzo de 2015: este último mes, prácticamente todos los artículos que he publicado en el blog han estado dedicados a El Ministerio del Tiempo (excepto uno muy personal por la muerte de Terry Pratchett y una entrega de una narración propia que llevan en estos momentos 190 visitas entre ambas). El resto de críticas, comentarios, opiniones y fanfictions sobre El Ministerio han sumado un total de 10.283 páginas leídas, es decir, casi el doble que el anterior máximo, con 8 artículos menos.
No es que yo escriba fabulosamente bien. No es que mis artículos sobre el Ministerio tengan una clarividencia inspirada. No es que analice como un espectrógrafo de masas televisivo. Sucede, sencillamente, que en ocasiones (a menudo, incluso con frecuencia) el community manager de la serie retuiteaba o reenviaba o destacaba una de las entradas (¡gracias, don Aurelio!). Pero eso no es la clave: la clave es que los fans entraban.
El community manager es clave. Los creadores de contenidos son clave. Pero el público está ahí. El público responde. El público acude. Los ministéricos existen y representan uno de los fenómenos televisivos más increíbles de las últimas décadas; posiblemente el mayor de la historia en España. Si de 4.625 audímetros se pueden extrapolar 2.100.000 espectadores, ¿qué dicen estas 10.220 visitas?
Esa es mi experiencia personal. Y también habla de audiencia.
Esa es mi experiencia personal. Y también habla de audiencia.
1 comentario:
Pues yo soy uno de esos que ha llegado por el CM de @MdT_Tve, que te acaba de retuitear la entrada hace unas horas, y solo puedo decir que estoy completamente de acuerdo en todo lo que dices.
También hay que decir en el tema de las audiencias, que la serie no lo está teniendo fácil con la competencia que le ha tocado. Espero que sea algo que Tve tenga en cuenta para la próxima temporada y la ponga en un día que no tenga competidores tan fuertes (si se estuviera emitiendo los Miércoles seguro que obtendría mejores datos)
Pero bueno, como has dicho, hoy en día no se puede medir la audiencia solo de los 4000 y pico aparatitos que hay instalados en España. Somos muchos los que vemos la serie en directo en la web de rtve. Eso también es audiencia, pero al ser de internet ya no la puedes sumar a la audiencia que te da la tele, que encima son datos, estimaciones, que te da una empresa privada Kantar Media, mientras que la audiencia de internet, los datos los obtienes de forma directa, sin intermediarios, y son datos directos, no una estimación.
En fin, que me están gustando las cosas que estoy viendo por tu blog. Puedes darle las gracias al CM de la cuenta oficial del MdT por estar dándolo a descubrir a mucha gente ;-)
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