01 marzo 2016

11 ideas más sobre "Tiempo de Hidalgos"

   Como dije en el anterior artículo, "Tiempo de Hidalgos" tiene mucha chicha: posiblemente tanta como el primer episodio de El Ministerio del Tiempo. Hay detalles y curiosidades que se quedaron fuera del análisis inmediato y que no me gustaría dejar en el tintero.

1. Marcianitos. Gil Pérez jugando a los marcianitos es un momento delicioso. No sólo el contraste es gracioso y da cuenta inmediata de que "domina" la tecnología, sino que es un juego que combina a la vez modernidad y antigüedad, como el propio personaje. Encima, ya avisa de que quizás su ordenador no esté tan a la última como podría, lo que se verá luego.

2. Maquillaje. Vemos por primera vez otro de los espacios del Ministerio del que ya nos habían hablado, la sala de maquillaje de Antoñita. Además de ampliar la estructura espacial de la sede, la comodidad de Amelia asume el tiempo que lleva ya como agente, y su conversación con "Pacino" de lo mucho que está disfrutando ser la jefa.

3. Sonría. Cuando Ernesto trata de hacer las paces con Irene, sigue el consejo de su jefe en el capítulo anterior y el de Julián en el que abrió la temporada, y sonríe. Baja las defensas, trata de empatizar con Irene y se preocupa por ella. Eso hace esta segunda traición de Irene aún más dolorosa.

4. Cuernos. Hay un divertido chiste visual cuando "Pacino" va a ligarse a la actriz casada. Su marido, en la parte superior de la taberna, queda situado delante de unos cuernos de ciervo, con las astas asomando a lado y lado de su cabeza. 

5. Música. Muy curiosa la música que acompaña la búsqueda de los sospechosos americanos (con un DIN-A4 impreso, nada menos), nada de época sino una melodía que podría pertenecer a cualquier serie policíaca tipo Ley y Orden o Castle. El género de la escena manda sobre la época... 

6. El último de la clase. Amelia e incluso Alonso pillan automáticamente lo que es el pendrive, aka pincho USB. Esa manera de descolocar al más moderno Jesús (Pacino), vuelve a recordarnos que son ya una patrulla bregada en varios tiempos (y nos sugieren para qué puede haberlo utilizado Alonso) y le da la vuelta a la escena inicial en la que Alonso no conocía el Quijote por tratarse de una obra posterior a su tiempo. Deriva de lo que dijo Salvador en el capítulo anterior, de lo rapidísimo que han cambiado las tecnologías en muy pocos años.

7. Kwai. El fervor de Alonso por la pasión que Cervantes pone en su empresa teatral es muy noble, pero también si propia pasión por el teatro, que nació en "La Leyenda del Tiempo" con la compañía universitaria de Lorca, Buñuel y Dalí, y a la que aquí puede dar rienda suelta. Cuando luego pone trabas a echar por tierra el empeño dramático del comediógrafo, recuerda al personaje de Alec Guinness en El puente sobre el rio Kwai, que se niega en derruir la obra que tan bien han construído para los japoneses.

8. Sancho. Los refranes y dichos que va soltando Miguel de Cervantes me recordaron al compañero del Quijote. En un capítulo que tiene que ver con la fama temporal y la duradera, las aspiraciones personales elevadas y el choque con la realidad, no deja de ser un punto importante.

9. Amelia. La señorita Folch ha cambiado mucho en un año. De no estar interesada en las relaciones sociales, ahora es una persona capaz de usar a sus agentes como cebos sexuales si la misión lo requiere (o incluso si sólo lo sugiere), y de utilizar activamente sus propios encantos para encantar y distraer a Lope. Con Pacino ha encontrado un hueso algo más duro de roer que con Julián, pero su momento de claudicación nos permite de nuevo ver que, en el fondo, sigue siendo la misma persona.

10. Doctor Who. Sí, se ha comentado mucho el homenaje a Vincent and the Doctor de la resolución del conflicto con Cervantes. Estaba más que avisado por los propios autores. Algo más sutiles, quizás, son las posibles referencias a The Unquiet Dead y The Shakespeare Code, cuando Pacino se presenta ante Lope como un fan y acaba sugiriéndole el título de una de sus obras cumbre, La dama boba. Precisamente la que leía Amelia en el siglo XIX al final de su primer encuentro con el autor.

11. Darrow. El nombre de la compañía, como dijimos ayer, deriva de Las puertas de Anubis de Tim Powers, uno de los referentes de El Ministerio del Tiempo. Empezamos a saber más cosas de esta misteriosa organización, que es capaz ahora incluso de teleportar a sus agentes. Hay muchas preguntas en el aire: ¿querían el Quijote como reliquia histórica o más bien para alterar la historia de España? La otra vez Walcott no parecía llevar encima el brazalete teleportador, ¿han implementado esa tecnología para evitar nuevas capturas? ¿Sangraba Walcott por el uso de la radiación en su "tunel del tiempo atómico", o por razones fundamentalmente más dañinas de ese otro sistema para cruzar las eras?

Extra ball. Citas. El capítulo ha dejado un buen número de frases memorables, bien listas para encabezar docenas de camisetas y memes. Ahí van unas pocas de mis preferidas:
"Sin riesgo no hay arte" (Gil Pérez)
"O hablo o vamos al lío" (Pacino)
"Efectiviwonder" (Pacino, dejando muerto a Alonso cuando el pobre ya había cogido lo de apretar las tuercas)
"¿Pacino ha estado con Lope y no se me ha informado?" (Amelia on fire)
"Puesto ya el pie en el estribo, con las ansias de la muerte..." (Cervantes - verídico)

No hay comentarios: